The Project Gutenberg eBook of Romance de lobos, comedia barbara

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Title: Romance de lobos, comedia barbara

Author: Ramón del Valle-Inclán

Release date: December 1, 2003 [eBook #10506]
Most recently updated: December 19, 2020

Language: Spanish

Credits: Produced by Stan Goodman, Miranda van de Heijning, Melville L King and the PG Distributed Proofreaders

*** START OF THE PROJECT GUTENBERG EBOOK ROMANCE DE LOBOS, COMEDIA BARBARA ***

Produced by Stan Goodman, Miranda van de Heijning, Melville L King

and the PG Distributed Proofreaders.

ROMANCE DE LOBOS

ROMANCE DE LOBOS COMEDIA BARBARA LA ESCRIBIO DON RAMON DEL VALLE INCLAN OPERA OMNIA VOL XV

OPERA OMNIA ROMANCE DE LOBOS COMEDIA BARBARA DIVIDIDA EN TRES JORNADAS VOL XV

[Ilustracion:]

DRAMATIS PERSONAE

EL CABALLERO DON JUAN MANUEL MONTENEGRO
SUS HIJOS DON PEDRITO, DON ROSENDO, DON MAURO, DON GONZALITO Y DON FARRUQUINO
SUS CRIADOS DON GALAN, LA ROJA, EL ZAGAL DE LAS VACAS, ANDREINA, LA REBOLA Y LA RECOGIDA
DON MANUELITO SU CAPELLAN
ABELARDO PATRON DE LA BARCA, LOS MARINEROS Y EL RAPAZ
DONA MONCHA Y BENITA LA COSTURERA, FAMILIARES DE LA CASA
LA HUESTE DE MENDIGOS DONDE VAN EL POBRE DE SAN LAZARO, DOMINGA DE GOMEZ, EL MANCO LEONES, EL MANCO DE GONDAR, PAULA LA REINA QUE DA EL PECHO A UN NINO, ANDREINA LA SORDA Y EL MORCEGO CON SU COIMA
ARTEMISA LA DEL CASAL, BASTARDA DEL CABALLERO, CON UN HIJO PEQUENO A QUIEN LLAMAN FLORIANO
EL CIEGO DE GONDAR CON SU LAZARILLO
FUSO NEGRO, LOCO
UNA TROPA DE SIETE CHALANES: SON MANUEL TOVIO, MANUEL FONSECA, PEDRO ABUIN, SEBASTIAN DE XOGAS Y RAMIRO DE BEALO CON SUS DOS HIJOS

DONA ISABELITA, QUE fue BARRAGANA DEL CABALLERO

UNA VIUDA CON SUS CUATRO HUERFANOS
LA SANTA COMPANA DE LAS ANIMAS EN PENA

JORNADA PRIMERA

ROMANCE DE LOBOS

JORNADA PRIMERA
ESCENA PRIMERA

Un camino. A lo lejos, el verde y oloroso cementerio de una aldea. Es de noche, y la luna naciente brilla entre los cipreses. Don Juan Manuel Montenegro, que vuelve borracho de la feria, cruza por el camino, jinete en un potro que se muestra inquieto y no acostumbrado a la silla. El hidalgo, que se tambalea de borren a borren, le gobierna sin cordura, y tan pronto le castiga con la espuela como le recoge las riendas. Cuando el caballo se encabrita, luce una gran destreza y reniega como un condenado.

EL CABALLERO

iMaldecido animal!… iTiene todos los demonios en el cuerpo!… iUn rayo me parta y me confunda!

UNA VOZ iNo maldigas, pecador!

OTRA VOZ

iTu alma es negra como un tizon del Infierno, pecador!

OTRA VOZ

iPiensa en la hora de la muerte, pecador!

OTRA VOZ

iSiete diablos hierven aceite en una gran caldera para achicharrar tu cuerpo mortal, pecador!

EL CABALLERO

?Quien me habla? ?Sois voces del otro mundo? ?Sois almas en pena, o sois hijos de puta?

Retiembla un gran trueno en el aire, y el potro se encabrita, con amenaza de desarzonar al jinete. Entre los maizales brillan las luces de la Santa Compana. El Caballero siente erizarse los cabellos en su frente, y disipados los vapores del mosto. Se oyen gemidos de agonia y herrumbroso son de cadenas que arrastran en la noche oscura, las animas en pena que vienen al mundo para cumplir penitencia. La blanca procesion pasa como una niebla sobre los maizales.

UNA VOZ

iSigue con nosotros, pecador!

OTRA VOZ

iToma un cirio encendido, pecador!

OTRA VOZ

iAlumbra el camino del camposanto, pecador!

El caballero siente el escalofrio de la muerte, viendo en su mano oscilar la llama de un cirio. La procesion de las animas le rodea, y un aire frio, aliento de sepultura, le arrastra en el giro de los blancos fantasmas que marchan al son de cadenas y salmodian en latin.

UNA VOZ

iReza con los muertos por los que van a morir! iReza, pecador!

OTRA VOZ

iSigue con las animas hasta que cante el gallo negro!

OTRA VOZ

iEres nuestro hermano, y todos somos hijos de Satanas!

OTRA VOZ

iEl pecado es sangre, y hace hermanos a los hombres como la sangre de los padres!

OTRA VOZ

iA todos nos dio la leche de sus tetas peludas, la Madre Diablesa!

MUCHAS VOCES

… iLa madre coja, coja y bisoja, que rompe los pucheros! iLa madre morueca, que hila en su rueca los cordones de los frailes putaneros, y la cuerda del ajusticiado que nacio de un bandullo embrujado! iLa madre bisoja, bisoja corneja, que se espioja con los dientes de una vieja! iLa madre tinosa, tinosa raposa, que se mea en la hoguera y guarda el cuerno del carnero en la faltriquera, y del cuerno hizo un alfiletero! Madre bruja, que con la aguja que lleva en el cuerno, cose los virgos en el Infierno y los calzones de los maridos cabrones!

El caballero siente que una rafaga le arrebata de la silla, y ve desaparecer a su caballo en una carrera infernal. Mira temblar la luz del cirio sobre su puno cerrado, y advierte con espanto que solo oprime un hueso de muerto. Cierra los ojos, y la tierra le falta bajo el pie y se siente llevado por los aires. Cuando de nuevo se atreve a mirar, la procesion se detiene a la orilla de un rio donde las brujas departen sentadas en rueda. Por la otra orilla va un entierro. Canta un gallo.

LAS BRUJAS

iCanto el gallo blanco, pico al canto!

Los fantasmas han desaparecido en una niebla, las brujas comienzan a levantar un puente y parecen murcielagos revoloteando sobre el rio, ancho como un mar. En la orilla opuesta esta detenido el entierro. Canta otro gallo.

LAS BRUJAS

iCanta el gallo pinto, ande el pico!

Al traves de una humareda espesa los arcos del puente comienzan a surgir en la noche. Las aguas, negras y siniestras, espuman bajo ellos con el hervor de las calderas del Infierno. Ya solo falta colocar una piedra, y las brujas se apresuran, porque se acerca el dia. Inmovil, en la orilla opuesta, el entierro espera el puente para pasar. Canta otro gallo.

LAS BRUJAS

iCanta el gallo negro, pico quedo!

El corro de las brujas deja caer en el fondo de la corriente, la piedra que todas en un remolino llevaban por el aire, y huyen convertidas en murcielagos. El entierro se vuelve hacia la aldea y desaparece en una niebla. El Caballero, como si despertase de un sueno, se halla tendido en medio de la vereda. La luna ha trasmontado los cipreses del cementerio y los nimba de oro. El caballo pace la yerba lozana y olorosa que crece en el rocio de la tapia. El Caballero vuelve a montar y emprende el camino de su casa.

[Ilustracion]

JORNADA PRIMERA

ESCENA SEGUNDA

Don Juan Manuel Montenegro, llama con grandes voces ante el porton de su casa. Ladran los perros atados en el huerto, bajo la parra. Una ventana se abre en lo alto de la torre, sobre la cabeza del hidalgo, y asoma la figura grotesca de una vieja en camisa, con un candil en la mano.

EL CABALLERO

Apaga esa luz….

LA ROJA

Agora bajo a franquealle la puerta.

EL CABALLERO

Apaga esa luz….

El Caballero se ha cubierto los ojos con la mano, y de esta suerte espera a que la vieja se retire de la ventana. El caballo piafa ante el porton, y Don Juan Manuel no descabalga hasta que siente rechinar el cerrojo. La vieja criada aparece con el candil.

EL CABALLERO

iSopla esa luz, grandisima bruja!

LA ROJA

iAve Maria! iQue fieros! iNi que le hubiera salido un lobo al camino!

EL CABALLERO

iHe visto La Hueste!

LA ROJA

iBrujas fuera! iArreniegote, Demonio!

Sopla la vieja el candil y se santigua medrosa. Cierra el porton y corre a tientas por juntarse con su amo, que ya comienza a subir la escalera.

EL CABALLERO Despues de haber visto las luces de la muerte, no quiero ver otras luces, si debo ser de Ella….

LA ROJA

Hace como cristiano.

EL CABALLERO

Y si he de vivir, quiero estar ciego hasta que nazca la luz del sol.

LA ROJA

iAmen!

EL CABALLERO

Mi corazon me anuncia algo, y no se lo que me anuncia… Siento que un murcielago revolotea sobre mi cabeza, y el eco de mis pasos, en esta escalera oscura, me infunde miedo, Roja.

LA ROJA

iArreniegote, Demonio! iArreniegote, Demonio!

Al oir un largo relincho acompanado de golpes en el porton, Don Juan Manuel se detiene en lo alto de la escalera.

EL CABALLERO

?Has oido, Roja?

LA ROJA

Si, mi amo.

EL CABALLERO

?Que rayos sera?

LA ROJA

No jure, mi amo.

EL CABALLERO

iEl Demonio me lleve!… iSe ha quedado la bestia fuera!

LA ROJA

iLa bestia del trasgo!…

EL CABALLERO

iLa bestia que yo montaba! Despierta a Don Galan para que la meta en la cuadra.

LA ROJA

Denantes llamandole estuve porque bajare a abrir, y no hubo modo de despertarlo. iCon perdon de mi amo, hasta le di con el zueco!

El caballero se sienta en un sillon de la antesala, y la vieja se acurruca en el quicio de la puerta. Se oye de tiempo en tiempo el largo relincho y golpear del casco en el porton.

EL CABALLERO

Prueba otra vez a despertarle.

LA ROJA

Tiene el sueno de una piedra.

EL CABALLERO

Vuelve a darle con el zueco.

LA ROJA

Ni que le de en la croca.

EL CABALLERO

Pues le arrimas el candil a las pajas del jergon.

LA ROJA

iAve Maria!

Sale la vieja andando a tientas. Canta un gallo, y el hidalgo, hundido en su sillon de la antesala, espera con la mano sobre los ojos. De pronto se estremece. Ha creido oir un grito, uno de esos gritos de la noche, inarticulados y por demas medrosos. En actitud de incorporarse, escucha. El viento se retuerce en el hueco de las ventanas, la lluvia azota los cristales, las puertas cerradas tiemblan en sus goznes. iToc-toc!… iToc-toc!… Aquellas puertas de vieja traceria y floreado cerrojo, sienten en la oscuridad manos invisibles que las empujan. iToc-toc!… iToc-toc!… De pronto pasa una rafaga de silencio y la casa es como un sepulcro. Despues, pisadas y rosmar de voces en el corredor: Llegan rifando la vieja criada y Don Galan.

LA ROJA

Ya dejamos al caballo en su cuadra. iQue noche Madre Santisima!

DON GALAN

Truena y lostrega que pone miedo.

LA ROJA

iY no poder encender un anaco de cirio bendito!….

DON GALAN

?No lo tienes?

LA ROJA

Si que lo tengo, mas no puede ser encendido en esta noche tan fiera.
Tengo dos medias velas que alumbraron en el velorio de mi curmana la
Celana.

EL CABALLERO

?Habeis oido?

LA ROJA

?Que, mi amo?

EL CABALLERO

Una voz….

DON GALAN

Son las risadas del trasgo del viento….

Suenan en la puerta grandes aldabonazos que despiertan un eco en la oscuridad de la casona. El Caballero se pone en pie.

EL CABALLERO

Dame la escopeta, Don Galan. iVoy a dejar cojo al trasgo!

DON GALAN

Oiga su risada.

LA ROJA

Lo vera que se hace humo o que se hace aire….

Abre la ventana Don Juan Manuel, y el viento entra en la estancia con un aleteo tempestuoso que todo lo toca y lo estremece. Los relampagos alumbran la plaza desierta, los cipreses que cabecean desesperados, y la figura de un marinero con sudeste y traje de aguas, que alza el aldabon de la puerta. La lluvia moja el rostro de Don Juan Manuel Montenegro.

EL CABALLERO
?Quien es?

EL MARINERO

Un marinero de la barca de Abelardo.

EL CABALLERO

?Ocurre algo?

EL MARINERO

Una carta del senor capellan. Cayo muy enferma Dama Maria.

EL CABALLERO

iHa muerto!… iHa muerto!… iPobre rusa!

Retirase de la ventana, que el viento bate locamente con un fracaso de cristales, y entenebrecido recorre la antesala de uno a otro testero. La vieja, y el bufon, hablando quedo y suspirantes, bajan a franquear la puerta al marinero. En la antesala el viento se retuerce ululante y soturno. Las vidrieras, tan pronto se cierran estrelladas sobre el alfeizar, como se abren de golpe, tragicas y violentas. El marinero llega acompanado de los criados y se detiene en la puerta, sin aventurarse a dar un paso por la estancia oscura. Don Juan Manuel le interroga, y de tiempo en tiempo un relampago les alumbra y se ven las caras lividas.

EL CABALLERO

?Traes una carta?

EL MARINERO

Si, senor.

EL CABALLERO

Ahora no puedo leerla… Dime tu que desgracia es esa… ?Ha muerto?

EL MARINERO

No, senor.

EL CABALLERO

?Hace muchos dias que esta enferma?

EL MARINERO

Lo de agora fue un repente… Mas dicen que todo este tiempo ya venia muy acabada.

EL CABALLERO

iHa muerto! iEsta noche he visto su entierro, y lo que juzgue un rio era el mar que nos separaba!

Calla entenebrecido. Nadie osa responder a sus palabras, y solo se oye el murmullo apagado de un rezo. El caballero distingue en la oscuridad una sombra arrodillada a su lado, y se estremece.

EL CABALLERO

?Eres tu, Roja?

LA ROJA

Yo soy, mi amo.

EL CABALLERO

Dale a ese hombre algo con que se conforte, para poder salir inmediatamente. iAy, muerte negra!

[Ilustracion]

JORNADA PRIMERA

ESCENA TERCERA

Noche de tormenta en una playa. Algunas mujerucas apenadas, inmoviles sobre las rocas y cubiertas con negros manteos, esperan el retorno de las barcas pescadoras. El mar ululante y negro, al estrellarse en las restingas moja aquellos pies descalzos y mendigos. Las gaviotas revolotean en la playa, y su incesante graznar y el lloro de algun nino, que la madre cobija bajo el manto, son voces de susto que agrandan la voz extraordinaria del viento y del mar. Entre las tinieblas brilla la luz de un farol. Don Juan Manuel y el marinero bajan hacia la playa.

EL MARINERO

iYa alcanza mi amo como no esta la sazon para hacerse a la mar!

EL CABALLERO

?Donde teneis atracada la barca?

EL MARINERO

A sotavento del Castelo.

EL CABALLERO

Como habeis venido, podemos ir….

EL MARINERO

Era dia claro, y tampoco reinaba este viento, cuando largamos de Flavia-Longa. Aun asi nos comia la mar. Vea como lostrega por la banda de Sudeste. iHay mucha cerrazon!

EL CABALLERO

iHay otra cosa!… iMiedo!

EL MARINERO

El mar es muy diferente de la tierra, y de otro respeto, Senor Don Juan
Manuel.

EL CABALLERO

iNo sois marineros, sino mujeres!

EL MARINERO

Somos marineros, y por eso miramos los peligros que apareja la travesia. Al mar, cuanto mas se le conoce mas se le teme. No le temen los que no le conocen.

EL CABALLERO

Yo le conozco y no le temo.

EL MARINERO

No le teme, porque usted no teme ninguna cosa, si no es a Dios.

EL CABALLERO

?Cuantos marineros sois?

EL MARINERO

Cinco y el rapaz, que no merece ser contado. Hemos venido con los cuatro rizos, y ainda hubimos de arriar la vela al pasar La Bensa.

EL CABALLERO

iQue noche fiera!

EL MARINERO

No se ve ni una estrella.

EL CABALLERO

iNi hace falta! Si fueseis gente de mar, os gustaria este tiempo bravo.

EL MARINERO

iEs mucho tiempo!

EL CABALLERO

Siempre preferible a la calma.

Han llegado al atracadero donde se abriga la barca. Grandes penascales coronados por las ruinas de un castillo. El marinero se adelanta, y con el farol explora el camino para bajar a la orilla. Es peligroso el paso de aquellas rocas cubiertas de limo, donde los pies resbalaban. En el abrigo se adivina la forma de la barca. Un farol cuelga del palo, y lo demas es una mancha oscura. El marinero da una gran voz.

EL MARINERO

iAbelardo!

EL CABALLERO

?Es el patron?

EL MARINERO

Si, senor.

EL CABALLERO

?Abelardo, el hijo de Peregrino el Rau?

EL MARINERO

Si, senor.

EL CABALLERO

Su padre era un lobo para la mar.

EL MARINERO

Pues el hijo le gana … iAbelardo!

UNA VOZ EN LAS TINIEBLAS

?Quien va?

EL MARINERO

Sube para darle una mano al Senor Don Juan Manuel… Yo mal puedo con el farol.

EL CABALLERO

iNo te muevas, Abelardo! Me basto solo.

Bajan a la orilla del mar. Se oye el vuelo de las gaviotas, convocadas por el viento y la noche. Una sombra se acerca: Sus pasos fosforecen en la arena mojada. Los relampagos tiemblan con brevedad quimerica sobre el mar montanoso, y se distingue la barca negra, cabeceando atracada al socaire de los roquedos.

EL CABALLERO

?Eres tu Abelardo?

EL PATRON

Para servirle, Senor Don Juan Manuel.

EL CABALLERO

A ti no te conozco… A tu padre le he conocido mucho… Me acuerdo de una apuesta que gano: Era ir nadando hasta la Isla.

EL PATRON

iDe poco le ha servido al pobre aquella destreza!

EL CABALLERO

?Murio ahogado?

EL PATRON

Murio, si, senor.

EL CABALLERO

?Cuando embarcamos?

EL PATRON

Cuando el tiempo lo permita.

EL CABALLERO

iTu no moriras como tu padre! Tu tienes que pedir permiso al tiempo para hacerte a la mar. Cuando lleguemos estara fria aquella santa. iLa muerte no tiene tu espera, hijo de Peregrino el Rau!

A la luz de los relampagos se columbra al viejo linajudo erguido sobre las piedras, con la barba revuelta y tendida sobre un hombro. Su voz de dolor y desden vuela deshecha en las rafagas del viento. El hijo de Peregrino el Rau hace bocina con las manos.

EL PATRON

Muchachos, vamos a largar.

UN MARINERO

El viento es contrario y no llegaremos en toda la noche. Si no ocurre averia mayor.

OTRO MARINERO

Mas valia esperar.

OTRO MARINERO

Al nacer el dia acaso salte el viento.

EL CABALLERO

?En que ano nacisteis?iUn rayo me parta si no habeis nacido en el ano del miedo!

EL PATRON

iA embarcar, redios! Meter a bordo el rizon.

A la voz del patron los cuatro hombres que tripulan la barca, uno tras otro, van saltando a bordo con un rosmar de protesta. El patron manda aparejar la vela y se inclina sobre la borda de popa para armar la cana del timon. Despues se santigua. La barca se columpia en la cresta espumosa de una ola. Comienza la travesia.

[Ilustracion]

JORNADA PRIMERA

ESCENA CUARTA

Sala desmantelada en una casa hidalga, a la entrada de Flavia-Longa. Llegan hasta alli, desde otra estancia, las voces de los criados, que rinden el planto a la senora, que acaba de morir. Los hijos han hecho campana en la sala, y rifan al son que se reparten lo que afanaron al saquear la casa. Alli estan Don Pedrito, Don Rosendo, Don Gonzalito, Don Mauro y Don Farruquino. Los cinco hermanos se parecen: Altos, cencenos, apuestos, con los ojos duros y el corvar de la nariz soberbio. Don Farruquino se distingue de los otros en que lleva tonsura y alzacuello.

DON ROSENDO

iCreeis que en casa de mi madre se comia con cucharas de madera!

DON FARRUQUINO

Eso parece.

DON ROSENDO

Yo no paso por ello. ?Quien es el ladron de la plata que siempre hubo aqui?

DON FARRUQUINO

Ahora no la hay, y fuerza es conformarse.

DON ROSENDO

Pues la habia.

DON PEDRITO

Silbale, a ver si acude.

DON FARRUQUINO

El capellan se la llevo machacada, cuando estuvo en la faccion. Creo recordar eso.

DON ROSENDO

iMentira! Yo la he visto despues, y comi con ella. iY no hace mucho!

DON MAURO

Yo tambien.

DON GONZALITO

Toda la plata ha desaparecido hoy mismo, y el ladron no es el capellan.

DON ROSENDO

?Quien de vosotros llego el primero?

DON PEDRITO

Yo llegue el primero. ?Que hay?

DON ROSENDO

Pues tu eres el ladron.

DON PEDRITO

iY tu un hijo de puta!

Don Pedrito y Don Rosendo se abalanzan y se agarran. Los otros hermanos se interponen con gran vocerio. El capellan asoma en la puerta: Es un viejo seco, membrudo de cuerpo y velludo de manos, vestido con una sotana verdeante que se le enreda en los calcanares.

EL CAPELLAN

iAun esta caliente el cuerpo de vuestra madre, y ya peleais como Caines! iRespetad el sueno de la muerte, sacrilegos! Esperad a que llegue vuestro padre, y el dara a cada uno lo que en herencia le corresponda. No seais como los cuervos, que caen en bandada sobre los muertos para comerselos. iCuervos! iCaines!

Los cinco hermanos, revueltos en un tropel, siguen gritando en el centro de la estancia, y los brazos se levantan sobre las cabezas amenazadores y colericos.

DON FARRUQUINO

Don Manuelito, esto no se arregla con sermones.

EL CAPELLAN

iTambien has manchado en este saqueo tus manos que consagran a Dios! Esperad a que llegue vuestro padre y el dara a cada uno lo suyo. iLos lobos en el monte tienen mas hermandad que vosotros! iNacidos sois de un mismo vientre, y peleais como fieras que por acaso se hallan en un camino!

DON FARRUQUINO

?Quien aviso a Don Juan Manuel?

EL CAPELLAN

Yo le avise. Esta tarde salio con una carta mia, la barca de Abelardo.

DON PEDRITO

iEsa es una conspiracion!

DON MAURO

iQue se pretende con avisar a mi padre!

DON GONZALITO

Debio respetarse la voluntad de mi madre, que no le llamo cuando estaba moribunda.

EL CAPELLAN

Porque vosotros lo habeis estorbado. Pero harto sabeis que su ultimo suspiro fue para el. iCuervos! iLobos!

DON PEDRITO

iBasta de insultos, que la paciencia se me acaba!

EL CAPELLAN

iY tu el mayor cuervo! iY tu el mayor lobo!

DON FARRUQUINO

iQue valor da el vino!

DON MAURO

iUn rayo te parta, Don Manuelito!

EL CAPELLAN

Guardad esos fieros para las mujeres y para los rapaces, que a mi no se me asusta con ellos. iSacrilegos! Vendra Don Juan Manuel y os arrojara de esta casa que estais profanando con vuestras concupiscencias.

DON PEDRITO

iUn rayo me parta! iMe da el corazon que hoy ceno lengua de clerigo!

DON FARRUQUINO

iAdobada en vino!

EL CAPELLAN

iSacrilegos! iSeriais capaces de poner las manos sobre esta corona!

DON FARRUQUINO

iNo lo consentiria yo!

EL CAPELLAN

iTu eres el peor de todos!… Ya tendreis el castigo, si no en esta vida, en la otra… Os dejo, os dejo entregados a este latrocinio impio… ?Ois esa campana: Llama por mi y llama tambien por vosotros… Voy a decir la primera misa por el descanso de nuestra madre, mi protectora, mi madre. Vosotros, Caines, bien haceis en no oirla. iSeria un escarnio! Sois como los perros, que no pueden entrar en la casa de Dios.

El capellan sale, y el doble de la campana que resuena en la sala desmantelada, detiene por un momento aquel expolio a que se entregan desde el comienzo de la noche los cinco bigardos.

JORNADA PRIMERA

ESCENA QUINTA

La alcoba donde murio Dona Maria. Es el amanecer, uno de esos amaneceres adustos e invernales en que aulla el viento como un lobo y se arremolina la llovizna. En la alcoba, la luz del dia naciente batalla con la luz de los cirios que arden a la cabecera de la muerta, y pasa por las paredes de la estancia como la sombra de un pajaro. La lluvia azota los cristales de la ventana y se ahila en un lloro terco y frio, de una tristeza monotona, que parece exprimir toda la tristeza del invierno y de la vida. La ventana se abre sobre el mar, un vasto mar verdoso y temeroso. Es aquella una de esas angostas ventanas de montante, labradas como confesionarios en lo hondo de un muro, y flanqueadas por poyos de piedra donde duerme el gato y suele la abuela hilar su copo. Dos mujeres velan el cadaver: La una, alta y seca, con los cabellos en mechones blancos y los ojos en llamas negras, es sobrina de la muerta y se llama Dona Moncha. La otra, menuda, compungida y melosa, con gracia especial para cortar mortajas, es blanca, con una blancura rancia de viejo marfil, que destaca con cierta expresion devota sobre un habito nazareno: Se llama Benita la Costurera.

BENITA LA COSTURERA

?Quiere que amortajemos a la senora?

DONA MONCHA

?Terminaste el habito?

BENITA LA COSTURERA

Mirelo aqui… No le remate los hilos de las costuras, porque, mi verdad, una mortaja tampoco requiere aquel cuidado que una falda para ir al baile. iDona Monchina de mi vida, mire que guapa le va esta esterilla dorada!

Dona Moncha aprueba con un gesto. Benita la Costurera dobla la mortaja y espabila los cirios con las tijeras que lleva pendientes de la cintura, y se balancean al extremo de una cinta azul que llaman hospiciana.

DONA MONCHA

iPobre tia, parece que se ha dormido!

BENITA LA COSTURERA

Quedose como un pajaro… iNi agonia tuvo!

DONA MONCHA

Dios nos libre de tenerla igual… iSu agonia duro treinta anos!

BENITA LA COSTURERA

Me parece que aun la estoy viendo el dia que se caso, con su mantilla de casco… fue el mismo ano y el mismo dia que vino la reina… iQue cosas tiene el mundo!… iAyude a coserle el vestido de novia, y ahora tocame hilvanarle la mortaja!

DONA MONCHA

Dos veces le has cosido la mortaja… Todo lo que tu coses son mortajas….

BENITA LA COSTURERA

iDona Moncha de mi alma, no diga eso! iSantisima Virgen de la Pastoriza, hay mucha gente mala, y si la oyen y dan en repetirlo! iDona Moncha de mi vida, no me eche esa fama!

DONA MONCHA

Yo no me pondria una hilacha que hubiesen cosido tus manos… iTienen la sal!

BENITA LA COSTURERA

iAy!… iNo diga eso, Dona Monchina!… Contesteme ahora: ?Le parece que antes de vestirle el habito lavemos y peinemos a la muerta?

DONA MONCHA

A mi esa costumbre me parece un sacrilegio.

BENITA LA COSTURERA

?Por que? ?No va a comparecer en la presencia de Dios Nuestro Senor? Pues natural es que acuda a ella como a una fiesta, bien lavada y aromada. Nunca debimos haber dejado que el cuerpo se enfriase, Dona Monchina. Ya vera como ahora cuesta mas trabajo aviarle… Y conforme pase tiempo, mas y mas… Voy por agua templada, Dona Monchina.

Sale la costurera con un andar leve, como si temiese que la muerta se despertase. Dona Moncha reza en voz baja todo el tiempo que permanece sola, y la estancia oscura se llena de misterio con aquel vago murmullo de rezo que se junta al chisporroteo con que los cirios se derraman sobre los candeleros de bronce. Un gato empuja la puerta y llega sigiloso hasta la cama de la muerta, donde comienza a maullar tristemente, con largos intervalos. Tras el gato entra Benita la Costurera.

BENITA LA COSTURERA

iDona Monchina, ni agua caliente habia! Tuve que encender unas pajas… Parece talmente que entraron aqui los facciosos. Como cinco lobos, los cinco hijos se estan repartiendo cuanto hay en la casona, y los criados, a escondidas, tambien apanan lo que pueden. Dios me perdone el mal pensamiento, pero mismo parece que deseaban la muerte de la pobre santina.

DONA MONCHA

Aun no habia cerrado los ojos y estaban ya descerrajando roperos y alhacenas. Cayeron aqui como cuervos que ventean la muerte.

BENITA LA COSTURERA

iMire que es de judios lo que hicieron con Dona Sabelita! iDe la misma cabecera de la difunta la echaron a la calle arrastrandola por los cabellos! iY con que palabras, Madre de Dios! iNi siquiera la dejaron abrir el arca de su ropa para ponerse una panoleta de luto! iComo no se hallo nada en la casona, sospechaban que la ahijada tuviese escondido dinero y alhajas!….

DONA MONCHA

No se hallo nada, porque ellos ya se lo habian repartido todo antes de morir su madre.

BENITA LA COSTURERA

iY sin venir el Senor Don Juan Manuel! Dicen que los hijos juraban contra el capellan, porque hubo de mandarle un aviso. ?Verdad que parece mentira, Dona Monchina?

DONA MONCHA

A mi, todo cuanto se diga de esos malvados, me parece verdad.

BENITA LA COSTURERA

iJesus, que Caines!

Benita la costurera moja una toalla en la jofaina que trajo llena de agua caliente, y comienza a lavar el rostro de la muerta. Entre los labios azulencos renace siempre una saliva ensangretada, bajo la toalla con que los refriegan aquellas manos irreverentes, picoteadas de la aguja, y la cabeza livida rueda en el hoyo de la almohada.

BENITA LA COSTURERA

Ya empieza a hincharse… ?Dona Moncha, no tiene un panuelo que le atemos a la cara para sujetarle la barbeta, que mire como se le cae desencajada? iJesus, si parece que nos hace una mueca!

DONA MONCHA

iPobre tia!

BENITA LA COSTURERA

Luego que le hayamos vestido el habito le pondremos un salero sobre la barriguina.

DONA MONCHA

?Para que eso?

BENITA LA COSTURERA

Siempre contiene esta hidropesia de la muerte. Mire como tiene las piernas, Dona Monchina.

DONA MONCHA

No la laves mas.

BENITA LA COSTURERA

iSi se ha ciscado toda! ?Quiere que vaya asi a la presencia de Dios? iY que cuerpo blancoi iCuantas mozas quisieran este pecho de paloma!

DONA MONCHA

Dejala… Yo le vestire el habito.

Seria y brusca, coge la mortaja y se acerca, apartando a Benita la Costurera. Con un brazo quiere incorporar a la muerta, y aquellas manos frias, cruzadas sobre el pecho, se desenredan torpes y caen flojas a lo largo del cuerpo, en tanto que la cabeza ya rueda sobre los hombros, ya se hunde en el pecho.

BENITA LA COSTURERA

Yo le ayudare, Dona Monchina. Apartese.

DONA MONCHA

Corta la mortaja por detras. Es lo mejor.

BENITA LA COSTURERA

No sera preciso… Dejeme a mi. Apartese.

MONCHA

iAcabemos, que ya no puedo mas! iCortala!

BENITA LA COSTURERA

iY no es un dolor, Dona Monchina!

DONA MONCHA

Cortala, te digo. ?Donde tienes las tijeras?

BENITA LA COSTURERA

A su gusto. iLastima de tiempo y de puntadas!

Benita la costurera obedece con un gesto compungido, y despues, graves y silenciosas, las dos mujeres amortajan el cuerpo de Dona Maria.

[Ilustracion]

JORNADA PRIMERA

ESCENA SEXTA

Una playa de pinares: En aquella vastedad desierta, el viento y el mar juntan sus voces en un son oscuro y terrible. La barca, con el velamen roto, ha dado de traves en los arrecifes de la orilla, y un marinero salta a reconocer la tierra. El patron habla desde a bordo.

EL PATRON

Este arenal pareceme que debe ser el arenal de Las Inas. Busca a ver si descubres el Con del Frade.

EL MARINERO

Ni aun las manos alcanzo a verme. Los pinares se me figuran los Pinares del Rey.

EL CABALLERO

Entonces nos hallamos entre Campelos y Ricoy.

EL MARINERO

Es una playa de arena gorda.

EL PATRON

Hasta que amanezca no senalaremos adonde arribamos.

EL MARINERO

Con tal noche, era sabido. Suerte que no naufragamos.

EL CABALLERO

Suerte para nosotros, que no diran lo mismo los delfines.

Se oye a lo lejos una campana, una de esas campanas de aldea, familiares como la voz de las abuelas. Tane con el toque del nublado.

EL CABALLERO

Debemos hallarnos cerca de San Lorenzo de Andras. Conozco la campana.

EL PATRON

iPues no hicimos poca deriva! Hasta que amanezca no podemos navegar, y aun asi veremos… Habra que ir achicando agua toda la travesia.

EL CABALLERO

Os ireis solos, porque a mi se me acaba la paciencia y no espero.

EL PATRON

Pues no hay mas vivo remedio, Senor Don Juan Manuel.

EL CABALLERO

Para vosotros, que yo me voy a pie desde aqui a Flavia-Longa.

EL PATRON

?Con esta noche?

EL CABALLERO

iQue me importa la noche!

EL PATRON

Son tres leguas, cerca de cuatro.

EL CABALLERO

Tres horas de camino.

EL PATRON

Tres horas si fuera dia claro, pero con tanta oscuridad….

EL CABALLERO

Yo veo de noche como los lobos, y con tal que la avenida no se haya llevado ninguna puente….

Salta a tierra el Caballero. En las rafagas del viento llega la voz de la campana, informe y deshecha por la distancia. Don Juan Manuel procura orientarse, y guiado por aquel son, se aleja hacia los pinares donde se queja el viento con un largo ulular.

EL CABALLERO

Dios me ordena que me arrepienta de mis pecados… iToda una vida! iToda una vida!… iQue lejos suena la campana, apenas se la distingue! He sido siempre un hereje. iEl mejor amigo del Demonio!… Me habre equivocado y no sera la campana de Andras. A estas horas habra muerto aquella santa…. En el cielo la pobre abogara por mi … iPor mi, que fui su verdugo! … Sin embargo, la queria y si vuelvo los ojos al pasado no encuentro en mi vida otro pecado que haber hecho una martir de mi pobre mujer … Debi haberla ocultado que tenia otras mujeres. Pero yo no se enganar, yo no se mentir…. iCuantos pecados! iMi alma esta negra de ellos!…. La religion es seca como una vieja … iComo las canillas de una vieja! … Tiene cara de beata y cuerpo de galga … Como el hombre necesita muchas mujeres y le dan una sola, tiene que buscarlas fuera. Si a mi me hubieran dado diez mujeres, habria sido como un patriarca … Las habria querido a todas, y a los hijos de ellas y a los hijos de mis hijos…. Sin eso, mi vida aparece como un gran pecado. Tengo hijos en todas estas aldeas, a quienes no he podido dar mi nombre … iYo mismo no puedo contarlos!…. Y los otros bandidos, temerosos de verse sin herencia por mi amor a los bastardos, han tratado de robarme, de matarme … Pero yo tengo siete vidas. iTodo lo pago con sus lagrimas aquella santa!… ?Donde estare? iYa no se oye la campana!…

El fragor del viento entre los pinos apaga todos los demas ruidos de las noche: Es una marejada sorda y fiera, un son ronco y oscuro, de cuyo seno parecen salir los relampagos. Don Juan Manuel, de tiempo en tiempo, se detiene desorientado e intenta aprovechar aquel resplandor, que inesperado y convulso se abre en la negrura de la noche, para descubrir el camino. De pronto ve surgir unas canteras que semejan las ruinas de un castillo: El eco de los truenos rueda encantado entre ellas. Al acercarse oye ladrar un perro, y otro relampago le descubre una hueste de mendigos que han buscado cobijo en tal paraje. Tienen la vaguedad de un sueno aquellas figuras entrevistas a la luz del relampago: Patriarcas haraposos, mujeres escualidas, mozos lisiados hablan en las tinieblas, y sus voces, contrahechas por el viento, son de una oscuridad embrujada y grotesca, saliendo de aquel roquedo que finge ruinas de quimera, donde hubiese por carcelero un alado dragon.

UNA VOZ

?A quien ladras, Carmelo?

OTRA VOZ

Alguien ronda.

OTRA VOZ

Sera un caminante extraviado.

OTRA VOZ

Sera algun can sin dueno.

EL CABALLERO

?Este pinar, es el Pinar del Rey?

UNA VOZ

Asi le dicen… Mas agora es de nosotros, los que aqui nos procuramos guarida en una noche tan fiera.

EL CABALLERO

?Habra sitio para mi?

UNA VOZ

iY holgado!

EL CABALLERO

?La campana que tocaba poco hace, era la de Andras?

UNA VOZ

La campana choca de Andras.

El Caballero se guarece con aquellos mendigos que van en caravana a una romeria. Racimo de gusanos que se arrastra por el polvo de los caminos y se desgrana en los mercados y feriales de las villas, salmodiando cuitas y padrenuestros. En todos los casales los conocen, y ellos conocen todas las puertas de caridad: Son siempre los mismos: El Manco de Gondar; el Tullido de Celtigos; Paula la Reina, que da de mamar a un nino; Andreina la Sorda; Dominga de Gomez; el Manco Leones; el Senor Cidran el Morcego, y la Mujer del Morcego. Se oye muy lejos otra campana.

EL CABALLERO

Parece la Monja de Belvis.

EL MORCEGO

iComo la ha conocido!

LA MUJER DEL MORCEGO

Muy facil que sea de alli. Dispense la pregunta: ?Usted es de alli?

EL CABALLERO

?No me conoceis? Soy Don Juan Manuel Montenegro.

EL MORCEGO

Por muchos anos.

EL TULLIDO DE CELTIGOS

Estabamelo pareciendo.

DOMINGA DE GOMEZ

Yo, dende que hablo le conoci.

EL CABALLERO

?A que distancia estamos de Flavia-Longa?

EL MORCEGO

Cosa de una legua.

LA MUJER DEL MORCEGO

Di tambien tres, Morcego.

EL CABALLERO

La noche es tan oscura que no reconozco el camino.

EL MANCO DE GONDAR

Ya canto el cuco, y pronto amanecera Dios.

EL MANCO LEONES

Noble Caballero, aqui tiene acomodo donde estara mas resguardado del viento y de la lluvia.

LA MUJER DEL MORCEGO

Apartate, Andreina, y deja sitio al Senor Don Juan Manuel.

ANDREINA LA SORDA

?Quien dices?

LA MUJER DEL MORCEGO

El senor de la casa grande de Flavia-Longa.

ANDREINA LA SORDA

Ayer, por el camino de Bealo, iban diciendo que la senora entregara el alma a Dios.

LA MUJER DEL MORCEGO

iAve Maria!… Si aqui esta presente el senor.

EL CABALLERO

Voy a su entierro… Con la esperanza de verla aun con vida, acabo de desembarcar en esa playa.

LA MUJER DEL MORCEGO

Y con vida la encontrara, senor. iMuy bien puede salir engano cuanto cuenta Andreina!

EL MORCEGO

Como es sorda nunca esta al cabo de lo que pasa por el mundo.

DOMINGA DE GOMEZ

iY hay mucha gente divertida que le dice enganos porque luego ella los vaya pregonando!

ANDREINA LA SORDA

El Ciego de Gondar dijome que tenia pensado llegarse a Flavia-Longa.

EL MORCEGO

Si es cuento del Ciego de Gondar, sera mentira.

ANDREINA LA SORDA

Habra reparto de limosna en la casa grande, y mas atrapara un pobre alli que en Santa Baya. Yo tambien hago pensamiento de llegarme por aquellas puertas, que siempre fueron de mucha caridad.

EL CABALLERO

Y seguiran siendolo. Habra limosna para todos los que lleguen a ellas.

ANDREINA LA SORDA

Lo ha dejado en una manda la difunta senora, porque sus culpas le sean perdonadas.

EL CABALLERO

iNo son sus culpas las que necesitan perdon, son las mias! Todo el maiz que haya en la troje se repartira entre vosotros. Es una restitucion que os hago, ya que sois tan miserables que no sabeis recobrar lo que debia ser vuestro. Teneis marcada el alma con el hierro de los esclavos, y sois mendigos porque debeis serlo. El dia en que los pobres se juntasen para quemar las siembras, para envenenar las fuentes, seria el dia de la gran justicia… Ese dia llegara, y el sol, sol de incendio y de sangre, tendra la faz de Dios. Las casas en llamas seran hornos mejores para vuestra hambre que hornos de pan. iY las mujeres, y los ninos, y los viejos, y los enfermos, gritaran entre el fuego, y vosotros cantareis y yo tambien, porque sere yo quien os guie! Nacisteis pobres, y no podreis rebelaros nunca contra vuestro destino. La redencion de los humildes hemos de hacerla los que nacimos con impetu de senores cuando se haga la luz en nuestras conciencias. iEn la mia se hace esa luz de tempestad! Ahora, entre vosotros, me figuro que soy vuestro hermano y que debo ir por el mundo con la mano extendida, y como naci senor, me encuentro con mas animo de bandolero que de mendigo, iPobres miserables, almas resignadas, hijos de esclavos, los senores os salvaremos cuando nos hagamos cristianos!

La hueste de mendigos se conmueve con un largo murmullo semejante al murmullo del rezo con que pide limosna por las puertas. Cuando el rumor se aquieta, alza su voz un mendigo gigantesco que tiene los ojos llagados por la lepra, y en aquella voz gangosa y oscura se arrastra como una larva la tristeza milenaria de su alma de siervo.

EL POBRE DE SAN LAZARO

Dios Nuestro Senor nos dara en el Cielo su recompensa a todos los que aqui pasamos trabajos. Es su ley que unos sean pobres y otros ricos. Dios Nuestro Senor a los pobres nos manda tener paciencia para pedir la limosna, y a los ricos les manda tener caridad, y el rico que parte su pan trigo con el pobre, tiene el Cielo mas ganado que el pobre que lo recibe y no lo agradece. iEs la ley de Nuestro Senor!

El caballero se estremece. Hasta su rostro llega el aliento podre de aquella voz gangosa, y apenas puede dominar el impulso de apartarse. A la livida claridad del amanecer, la figura gigantesca del mendigo leproso, se destaca en la oquedad de las canteras. El caballero siente una emocion cristiana.

EL CABALLERO

?Eres el pobre de San Lazaro?

EL POBRE DE SAN LAZARO

Si, senor.

EL CABALLERO

?Y tus hijos?

EL POBRE DE SAN LAZARO

Los cinco estan recogidos en el Hospital.

EL CABALLERO

?Tienen tu mismo mal?

EL POBRE DE SAN LAZARO

Si, senor… Yo, como naci labrador, no puedo estar preso en el Hospital. Si no veo los campos y los caminos, muerome de tristeza. El Hospital es como una carcel, y alli encerrado moriame de pena… No me mata este mal tan triste, y matabame el no ver las eras, y los vinedos y los castanares.

EL CABALLERO

iYa amanece!… Job, si puedes andar, ven conmigo….

EL POBRE DE SAN LAZARO

iVamos, Carmelo! Hoy encontraste ya un hueso que roer.

Carmelo, un perro viejo y feo que dormita a los pies del leproso, se endereza y sacude. Don Juan Manuel sale al camino, y la hueste de mendigos se mueve tras el con un clamor de planto.

LOS MENDIGOS

iEra Dona Maria la madre de los pobres! iNunca hubo puerta de mas caridad! iDios Nuestro Senor la llamo para si y la tiene en el Cielo, al lado de la Virgen Santisima! iEra la madre de los pobres!

EL CABALLERO

?Por que no caminais en silencio? iEra mi madre tambien, era todo cuanto tenia en el mundo, y no lloro!

La voz del viejo linajudo, desmintiendo sus palabras, se rompe en un sollozo. La hueste de mendigos comienza a rezar un padrenuestro que guia el Pobre de San Lazaro.

[Ilustracion]

JORNADA SEGUNDA

JORNADA SEGUNDA

ESCENA PRIMERA

Una sala con tribuna sobre la capilla, en la casona de Flavia-Longa. Estan cerradas todas las ventanas, el sol mananero ilumina los resquicios, y las rayolas del polvo tiemblan en impalpables escalas: El olor de la cera y del incienso ha quedado flotando en la estancia. La capilla yace desierta y oscura despues del funeral de Dona Maria. Dos de sus hijos han entrado recatandose, en la sala.

DON FARRUQUINO

Cierra la puerta.

DON PEDRITO

?De que se trata?

DON FARRUQUINO

Ahora lo sabras.

DON PEDRITO

iCuanto misterio!

DON FARRUQUINO

iPues si los otros llegan a enterarse!… Han olvidado las alhajas de la capilla, y antes de que acuerden nos las vamos a repartir tu y yo.

DON PEDRITO

Habia pensado en ello, pero tiene las llaves el capellan.

DON FARRUQUINO

Por eso vamos a descolgarnos por la tribuna.

DON PEDRITO

?Y esos no sospecharan?… El Demonio me lleve si hemos conseguido enganarlos en lo otro… La verdad es que, por mi parte, tampoco lo pretendi. Yo me alegro de que lo sepan.

DON FARRUQUINO

Esa plata que nos hemos repartido es una miseria… ?Pero y el trigo, y el maiz, y el centeno? Las trojes hoy estan vacias, y no hace una semana estaban llenas, porque mi madre habia cobrado los forales de Andras y de Coron. ?Quien la ha robado? iEllos y solo ellos!

DON PEDRITO

?Los tres?

DON FARRUQUINO

O uno solo… ?Que mas da?

DON PEDRITO

Si fuese uno solo, le obligariamos a que lo devolviese.

DON FARRUQUINO

iCreo que han sido los tres!

DON PEDRITO

iBandidos!… ?Y habra llegado mi padre?

DOS FARRUQUINO

No se.

DON PEDRITO

Hace poco he oido rumor de voces….

DON FARRUQUINO

Yo nada oi….

DON PEDRITO

Temo el momento de verme frente a frente.

DON FARRUQUINO

Yo tambien.

DON PEDRITO

?Habra llegado?

DON FARRUQUINO

Sospecho que no, porque hay demasiado silencio en la casa… Don Juan
Manuel no vendra tan sin ruido como la muerte.

DON PEDRITO

iPobre madre!… Entre todos la hemos enterrado.

DON FARRUQUINO

Buenos sepultureros estamos… ?Oye, me rompere una pierna si me dejo caer desde la tribuna al otro lado?

DON PEDRITO

Creo que no.

Cabalga sobre el barandal Don Farruquino y se descuelga hacia el oscuro presbiterio de la capilla, donde aun flota el humo de la cera y del incienso. Se balancea un momento y se deja caer.

DON PEDRITO

Ahora voy yo.

DON FARRUQUINO

Tu me esperas arriba. Tienes que darme los brazos para que suba. Si saltas nos quedamos sin poder salir, porque estan todas las puertas cerradas.

Sube las gradas del presbiterio Don Farruquino, y luego de hacer una genuflexion ante el altar, abre el sagrario, de donde saca el copon y la patena, que tienen en sus manos el aureo brillo de un tesoro. Con religioso respeto los contempla, colocandose bajo la lampara.

DON FARRUQUINO

Por fortuna, no tiene ninguna sagrada forma el copon. iDios ha hecho que los otros bandidos perdiesen la memoria, porque hubieran entrado aqui y todo lo hubieran profanado para venderlo!… Pedro, tu te llevaras la lampara, que es de plata, y yo conservare los vasos sagrados para dedicarlos al culto. Hay que salvar el sacrilegio.

DON PEDRITO

Ya arreglaremos eso… Ahora lo que cumple es esconderlo todo en el cuarto de la criada vieja.

DON FARRUQUINO

Lo enterraremos en la bodega.

DON PEDRITO

De enterrarlo, seria mejor debajo del altar. Ahi estaba seguro… Cuando el capellan oculto el alijo de armas para la faccion nadie dio con el.

DON FARRUQUINO

?Y luego como lo sacabamos? Porque estas puertas se cierran para nosotros apenas asome Don Juan Manuel.

DON PEDRITO

Lo mejor es el arca de la criada, y nadie sospechara….

Mientras habla el primogenito, el tonsurado vuelve a subir las gradas del presbiterio y apaga la lampara, que por fundacion debe arder noche y dia. Helado y sobrecogido, oye en la oscuridad la voz de su hermano que le habla con el cuerpo fuera de la tribuna y los ojos lucientes de fiebre, como un poseido.

DON PEDRITO

No pises sobre la sepultura de mi madre… iLadron!

DON FARRUQUINO

?Que estas diciendo?

DON PEDRITO

No pises sobre la sepultura. Esta enterrada delante del altar. No pises sobre ella… iPuede levantarse!….

DON FARRUQUINO

iTu estas borracho, ladron!

El primogenito recoge el cuerpo, doblado sobre el barandal de la tribuna, y sonrie desvanecido, pasandose una mano por los ojos.

DON PEDRITO

Es verdad, estoy borracho sin haber bebido… iOjala estuviese borracho!… No olvides que las despabiladeras tambien son de plata.

DON FARRUQUINO

Si dejo algo seran las campanas, ladron.

DON PEDRITO

iAlabado seas!

Don Farruquino se encarama en el retablo y despoja de su espada de plata al tutelar de la capilla. Los ojos del tinoso Satanas rien encarnizados bajo las plantas del Arcangel.

DON FARRUQUINO

iDispensa, pero para eso estas encima, Glorioso San Miguel!

DON PEDRITO

Ya lo tienes estrujado como la uva, y no necesitas de la espada,
Santino Bienaventurado.

El otro bigardo posa familiarmente una mano sobre aquella cabeza de moro negro, que saca la lengua de sierpe al ser aplastada por las angelicas plantas, y sonrie con la malicia del tonsurado que sabe como todas las astucias del rebelde son juegos ante el poder de los exorcismos. Siempre con la misma sonrisa, le arranca un cuerno.

DON FARRUQUINO

Te quedas a media asta, Lucifer.

DON PEDRITO

?Tambien son de plata?

DON FARRUQUINO

En la duda….

DON PEDRITO

Arrancale el otro cuerno.

DON FARRUQUINO

iNo grites, ladron! El otro se lo dejo para que se defienda, ya que cayo debajo.

Salta al presbiterio desde la mesa del altar, y otra vez su hermano se alza despavorido, y otra vez grita echando el cuerpo fuera de la tribuna, con los ojos ardidos y visionarios.

DON PEDRITO

iNo pises sobre la sepultura!… iQue se levanta!… iQue se levanta!….

DON FARRUQUINO

iTu quieres asustarme, gran ladron!

DON PEDRITO

Le has puesto el pie sobre el pecho. Yo la vi levantarse en la caja, con las dos manos apretadas sobre el corazon, y lo tiene lleno de espadas como la Virgen de los Dolores. Tambien son de plata, Farruquino. iNo las dejes! iNo las dejes! iNo las dejes!

DON FARRUQUINO

iLadron, calla, que me estas asustando! iSi se me han puesto los pelos de punta! iCallaras, ladron!

DON PEDRITO

?Que fue?… ?Por que has apagado la lampara si en la oscuridad los ojos estan llenos de luces?

DON FARRUQUINO

Cierralos y no hables, que son desvarios del vino.

DON PEDRITO

iApenas lo cate!….

DON FARRUQUINO

Entonces son burlas del amigo a quien hemos dejado sin un cuerno.

DON PEDRITO

Devuelveselo, Farruquino.

DON FARRUQUINO

iUna higa! Bastara con que reces un Credo.

DON PEDRITO

Me parecio ver la sombra de mi madre y hasta entender su voz. iNo pises sobre la sepultura, porque se levanta, Farruquino!

DON FARRUQUINO

iEstas loco!

DON PEDRITO

?Que le dolera mas, sentir las espadas clavadas en el corazon o el arrancarselas? iSon siete, y no cabe mentir!… iSon siete, como las espadas de la Virgen!… Siete de espadas, te jugare, Farruquino, y tambien el as, la espadona de San Miguel… Todo lo guardas en la sepultura… Es mejor que el arca de Andreina.

DON FARRUQUINO

iTu quieres asustarme, y voy a abrirte la cabeza, ladron!

Se vuelve buscando en la sombra del retablo algo que arrojar a su hermano para ahuyentarle de la tribuna, y alcanza el perro clavado en las andas de San Roque. Don Pedrito recibe el golpe en mitad de la frente, y con el rostro atravesado por un hilo de sangre se pone en pie, palido y sereno.

DON PEDRITO

iHermano, yo nada quiero de toda esa plata! Llega te dare los brazos para que subas. Pero vuelve a encender la lampara y dejalo todo como estaba. A San Miguel dale la espada y su cuerno a Satanas.

DON FARRUQUINO

iUn rayo te parta!

DON PEDRITO

Hermano, sal de ese pozo negro. Llega, y te dare los brazos. Pero no pises sobre la sepultura. iQue se levanta!… iQue se levanta!… iQue se levanta!….

Sale de la estancia andando hacia atras. Despavorido bajo a la cuadra, donde tiene su caballo, le puso la silla y se lanzo al camino, aquel camino aldeano de verdes orillas, que cruza por delante de la casona hidalga. Uno de esos caminos humildes, que guian a todas partes.

[Ilustracion]

JORNADA SEGUNDA

ESCENA SEGUNDA

Un poco mas adelante, siguiendo por aquel camino humilde de verdes orillas, un paraje de alamos y de agua. El primogenito encuentra a su padre, que viene a pie entre la hueste de mendigos, y refrena el caballo haciendose a un lado para dejar paso a todos. Don Juan Manuel no le reconoce hasta cruzar por su lado. Entonces le mira con altivez, pero sin colera, desenganado, desdenoso, triste.

EL CABALLERO

iAh!… Eres tu, bandido.

DON PEDRITO

iYo soy!

EL CABALLERO

Al fin nos encontramos. ?Te han dicho que tienes mi maldicion?

DON PEDRITO

Si, senor.

EL CABALLERO

?Y no te importa?

DON PEDRITO

No, senor.

EL CABALLERO

La verdad es que una maldicion no mata ni espanta.

El caballero se coge la barba estremecida por la risa, una risa extrana, de viejo loco, desenganado y burlon. Don Pedrito requiere las riendas.

DON PEDRITO

iDejeme pasar, padre!

EL CABALLERO

Antes diras por que no te importa mi maldicion. ?Te hace reir?

DON PEDRITO

No me hace reir….

EL CABALLERO

Pues a mi me hace llorar de risa verme lanzando excomuniones como el
Papa.

DON PEDRITO

iDeje paso, senor!

EL CABALLERO

A un hijo tan bandido como tu no se le maldice, se le abre la cabeza.

DON PEDRITO

Yo no soy su hijo, Don Juan Manuel.

El Caballero aferra con una mano las riendas, mientras con la otra enarbola el baston. El primogenito, doblandose sobre el borren y corriendo espuelas encabrita el caballo, y el padre, sin soltar el rendaje, le apalea.

EL CABALLERO

A un hijo tan bandido se le abre la cabeza. iSe le mata! iSe le entierra!

DON PEDRITO

iNo me encienda la sangre, que si me vuelvo lobo, lo como!

EL CABALLERO

Apeate del caballo, y veras quien tiene mas fieros dientes.
 DON PEDRITO

iNo me tiente, senor!

EL CABALLERO

iApeate, para que sepas quien es el lobo!

Tremulo, con los ojos ardientes, salta a tierra el primogenito y va contra su padre, que le espera en medio del camino con el baston enarbolado. Detras se extiende la hueste de mendigos, que tiemblan de miedo y de frio bajo sus harapos, al intentar interponerse.

EL POBRE DE SAN LAZARO

Senor Don Pedrito, considere que es su padre, y que le ha dado la vida, y que puede quitarsela. iEl padre es como el Dios del Cielo!

EL MANCO LEONES

Muestre su noble sangre volviendose atras por el camino que traia, joven caballero.

DOMINGA DE GOMEZ

Con un padre no hay que tener valentia.

EL POBRE DE SAN LAZARO

Un padre nos da disciplinazos, y cuando corra la sangre hemos de besarle las manos.

DOMINGA DE GOMEZ

Quisiera yo, cuitada de mi, ver alzarse a mi padre de la cueva, aunque fuera para arrastrarme de los cabellos, que no tengo.

Don Pedrito queda un momento suspenso en medio del camino, y siempre tremulo, mira como su caballo se huye al galope por una siembra, pisandose las bridas.

EL CABALLERO

?Por que te detienes, mal hijo?

DON PEDRITO

Por ver si entre tanto misionero habia alguno que fuese para alcanzarme el caballo.

EL CABALLERO

iY tu te llamas lobo!

DON PEDRITO

Lobo sere si mi padre vuelve a levantar su brazo sobre mi cabeza.

EL CABALLERO siente la amenaza y adelanta hacia su primogenito. Don Pedrito ceja, se recoge, y con un salto impensado, arranca su bordon al leproso. Armado y, apercibido, hace con el un circulo en el aire que tiene un terrible zumbar. Cuando el padre y el hijo van a encontrarse, se interpone entre ellos la figura gigante y tragica del Pobre de San Lazaro.

EL POBRE DE SAN LAZARO

El palo que a mi me sostiene por los caminos no ha de alzarlo contra su padre. Diomelo como una cruz Nuestro Senor Jesucristo.

DON PEDRITO

Apartate, leproso.

EL POBRE DE SAN LAZARO

Antes vuelvame el palo con que voy por el mundo, que si no me lo vuelve yo lo tomare.

DON PEDRITO

iAy de ti si me tocan tus manos podridas!

Con lento andar, de una humildad fuerte y solemne, avanza el Pobre de San Lazaro. El capote de soldado que le cubre parece aumentar la expresion tragica de aquella figura gigante y mendiga. Don Pedrito retrocede estremecido, y arroja el bordon lejos de si. Detras del pobre esta la sombra de Dona Maria.

DON PEDRITO

iTen tu cruz, hermano!

EL POBRE DE SAN LAZARO

Gracias, noble senor.

DON PEDRITO

?Tu no sabes donde hallare yo la mia?

EL POBRE DE SAN LAZARO

No se…. Eso nadie lo sabe hasta que una vez en la noche, durmiendo en un pajar o caminando solo por un camino, se aparece el angel que nos habla en nombre de Nuestro Senor.

EL CABALLERO

iJob, no digas tonterias!… Si te parece cambiaremos nuestras cruces….

Ofrece su baston al leproso el viejo linajudo, y recoge del sendero el palo del mendigo. El primogenito se aleja hablando solo, y atraviesa la siembra por cobrar el caballo que pace alla en el fondo arrastrando el rendaje. Monta, y al galope desaparece. El Caballero, cenudo y sombrio, sigue su peregrinacion entre la hueste mendicante que renueva, las voces de su planto cuando ve las torres de Flavia-Longa.

LOS MENDIGOS

iEra la madre de los pobres! iNunca hubo puerta de mas caridad! iDios nuestro Senor la llamo para si y la tiene en el Cielo al lado de la Virgen Santisima! iEra la madre de los pobres!

[Ilustracion]

JORNADA SEGUNDA

ESCENA TERCERA

La cocina, en la casona de Flavia-Longa. Don Rosendo, Don Mauro y Don Gonzalito, se desayunan con migas y buen vino, al amor de la lumbre. Andreina, la criada vieja y encubridora, trae la nueva de que esta llegando Don Juan Manuel.

ANDREINA

Distinguesele por el alto de Las Tres Cruces.

DON GONZALITO

Nos da tiempo para acabar las migas.

DON ROSENDO

Mi plato que lo rebanen los galgos.

DON GONZALITO

Yo tengo mi caballo ensillado y llenas las alforjas.

DON MAURO

Yo tambien, no hay mas que montar y poner espuelas.

DON ROSENDO

?Donde estan las mias, Andreina?

ANDREINA

Mirelas colgadas de aquel clavo.

DON MAURO

?Que habra sido de mis hermanos Don Pedro y Don Francisco?

ANDREINA

iFueronse cuanto hace!

DON ROSENDO

?Tu los has visto caminarse?

ANDREINA

Asi muerta, me entierren.

DON GONZALITO

?No estaran escondidos?

ANDREINA

?Donde quiere que se escondan, mi rey?

DON GONZALITO

Pues a fe que no hay sitios: En el pajar, en la torre, en la capilla…. iUn rayo me parta! Nos hemos olvidado de las alhajas de la capilla.

DON ROSENDO

iMaldita suerte!

DON MAURO

?No habra tiempo todavia?

ANDREINA

Mismo esta llegando el senor mi amo.

Don Mauro apura un vaso que, al terminar de beber, estrella en las losas de la cocina, y volviendose a la vieja criada, con una mano la suspende del cuello y con la otra desnuda un punal. Andreina clama despavorida.

DON MAURO

He de segarte la lengua si dices una sola palabra a mis hermanos. Como lleguen a desaparecer las alhajas de la capilla ya puedes confesarte. Te desuello, y clavo en la puerta de mi casa tu piel de bruja.

ANDREINA

iEn los dias de mi vida hice a nadie una mala traicion!

DON MAURO

Tu fuiste quien les entrego la plata, y es inutil que lo niegues.

Se oye el confuso clamor de los mendigos en la portalada de la casona, y la voz autoritaria y conmovida del viejo linajudo, que sube la escalera.

EL CABALLERO

iYa dieron tierra a tu cuerpo! ?Rusa, por que me dejas tan solo? iQue al pie de tu sepultura caven la mia!… iRusa! iRusa! iRusa!

LOS MENDIGOS

iEra la madre de los pobres! iFruto de buen arbol! iTierra de carabeles!

Atropelladamente, los tres bigardos salen de la cocina rosmando amenazas, y por el porton del huerto huyen a caballo. La vieja, con la basquina echada por la cabeza a guisa de capuz, se acurruca al pie del hogar y comienza a gemir haciendo coro a la querella de los mendigos. Entra otra criada, una moza negra y casi enana, con busto de giganta. Tiene la fealdad de un idolo y parece que anda sobre las rodillas. Le dicen por mal nombre la Rebola.

LA REBOLA

iQue susto grande!… Escuche una voz que salia de lo mas fondo de la capilla, al pasar por la sala de la tribuna.

ANDREINA

iCalla, condenada!… Cubrete la cabeza con el manteo, y llora conmigo.

LA REBOLA

iSenora, mi ama! iSenora, mi ama!

ANDREINA

iQue poca gracia tienes, condenada! Adeprende como se hace un planto. iRosa de Jerico! Rosa sin espinas! iMi reina de las manos blancas, que hilaban para los pobres!…

LA REBOLA

iPaloma sin hiel! iPaloma de la Candelaria!

ANDREINA

iArbol que a todos dabas tu sombra!

LA REBOLA

iPeral de ricas peras!

Resuenan en la largura del corredor las voces y los pasos de los mendigos, y en la puerta de la cocina esta la procer figura del Caballero. Las dos mujeres, arrodilladas al pie del hogar y cubiertas las cabezas, ponen mas altos sus ayes.

EL CABALLERO

Alzaos del suelo y atended a mis huespedes. Dadles a todos de comer y beber. Vosotros entrad calentaos al amor de la lumbre.

ANDREINA

Poco hay en la casa para tanto hambriento.

EL CABALLERO

iCalla, vieja sierpe!

DOMINGA DE GOMEZ

Dejaime que llegue al hogar, pues vengo aterida.

EL MANCO LEONES

iDios se lo premie al noble senor!

EL MORCEGO

iQue gran cocina!

LA MUJER DEL MORCEGO

Parece la de un convento, Morcego.

EL MANCO DE GONDAR

Como corresponde a la grandeza de la casa.

EL POBRE DE SAN LAZARO

Veinte criados caben a la redonda del hogar, y otro tiempo se juntaban.
Yo tambien me sente con ellos, que aun no tenia este mal tan triste.

EL CABALLERO

Ahora te sentaras conmigo para que yo pueda sentarme algun dia al lado de mi muerta. Bruja, abre el horno y repartenos el pan.

ANDREINA

iAy, senor mi amo, esta vacio el horno!

EL CABALLERO

Enciendele, y amasa la harina mas blanca de la flor del trigo.

ANDREINA

iAy, senor mi amo, no hay harina, ni grano que llevar al molino!

EL CABALLERO

?Que ha sido del trigo y el centeno que llenaba mis arcaces?

ANDREINA

iAy, senor mi amo, comieronle las ratas.

EL CABALLERO

Enciende el horno…. Si no hay harina que cocer te quemaremos a ti por bruja.

ANDREINA

iMuriose aquella santa, que si ella no se muriese no recibiera yo este trato! iBruja! Nadie en el mundo me dijo ese texto, que vengo de muy buenos padres, y no habra cristiano que me haya visto escupir en la puerta de la iglesia, ni hacer los cuernos en la misa mayor. iAy, muerte negra, que te llevas a los mejores y dejas a los mas ruines!

El Caballero se sienta solo en un banco que hay frontero al hogar, y permanece abatido y sombrio, con los ojos en la hoguera de sarmientos que levanta sus lenguas de oro hacia el fondo negro y brujo de la chimenea, donde resuenan las risas del viento. Los mendigos se agrupan al otro lado, y hablan en voz baja.

EL CABALLERO

Calentaos, ya que solo puedo ofreceros el techo y la lumbre. Don Juan
Manuel Montenegro hoy es tan pobre como vosotros.

DOMINGA DE GOMEZ

Es rico de caridad.

EL POBRE DE SAN LAZARO

En donde esta el fuego, esta Dios Nuestro Senor. El fuego es mas que el pan y que el agua y que la sal. Todo en el mundo, para ser, requiere una chispa de lumbre. Lo mismo el vino que la sangre, y los ojos si han de tener luz, y la tierra si ha de dar fruto. Yo llevo este mal tan triste porque un gran frio me recorre el cuerpo, y me toca el fuego y no lo siento calentar mi carne muerta. En la noche no se ve nada y se ve una hoguera, y del cielo ninguna cosa baja a la tierra, si no es el agua y el fuego, que tienen una hermandad….

En la cocina resuenan los lloros del nino que mama en el pecho de Paula la Reina. La mendiga trata de acallarle con el susurro de un canto, y, toda atenta, sigue las palabras del leproso, mientras saca por encima del justillo el otro pezon, para ofrecerselo al nino, que llora de hambre.

PAULA LA REINA

Eh, menino, eh!.
Pra Santo Tome….
?Teu pai quen foy?
?Tua nay quen e?…
iEh, menino, eh!…

EL CABALLERO

?Por que no le retuerces el cuello a esa criatura, Paula? ?No ves como llora?

PAULA LA REINA

iHijo de mis entranas?

El CABALLERO

?Que derecho tienes para darle tu miseria? Guarda tus pechos, y dejalo morir. ?Ves como llora de hambre? Pues asi habra de llorar toda la vida. ?No te da lastima, mujer? Retuercele el cuello para que deje de sufrir, y da libertad a su alma de angel…. iOjala nos retorciesen el cuello a todos cuando nacemos! iOjala yo se lo hubiese retorcido a mis hijos… ?Han estado aqui esos sepultureros, Andreina?

ANDREINA

Cuando entraba el senor mi amo, ellos salian fugitivos.

EL CABALLERO

?Han cavado bien honda la sepultura de su madre?

ANDREINA

Ellos no la cavaron.

EL CABALLERO

?Bien honda, bien honda, que haya sitio para mi?

ANDREINA.

iAsus, parecen palabras de fiebre!…

DOMINGA DE GOMEZ

La pena que le cubre el corazon hacele decir esos textos.

El Caballero guarda silencio. Los mendigos se agrupan en torno del fuego, y con los brazos apretados sobre sus harapos se estremecen, con ese estremecimiento feliz de los vagabundos que saben del albergue y del fuego. Entra el capellan.

EL CAPELLAN

iUn resucitado!… iLe veo y no me parece Don Juan Manuel! iVengo de la playa, de esperar la barca de ese infeliz Abelardo!

EL CABALLERO

?No habra llegado?

EL CAPELLAN

iNi llegara!… Naufragaron….

EL CABALLERO

?Y han perecido todos?

EL CAPELLAN

iTodos!… El cuerpo del patron dicen que ha salido en la playa de Rajoy…. Yo le hacia embarcado con ellos al Senor Don Juan Manuel. iEs providencial!

EL CABALLERO

iDios quiere darme tiempo para que me arrepienta de mis pecados!

EL CAPELLAN

iNo lo olvide, Senor Don Juan Manuel!

EL CABALLERO

iLes force para que se hiciesen a la mar, y con ellos estuve embarcado toda la noche!… La muerte estaba en acecho, y la senti pasar por mi lado. Estaba en aquella barca de pescadores y en esta casa mia…. Por donde voy descubro las huellas de su paso. iHe visto sus luces!

EL CAPELLAN

La muerte va con nosotros desde que nacemos.

EL CABALLERO

Yo siento sus pasos en esta casa vacia…. Esta casa que parece tambien estar muerta, toda silenciosa, toda fria, toda oscura, huerfana de la pobre alma…. iYo no cerre sus ojos, ni bese sus manos de cera! ?Por que al menos no me esperasteis para dar tierra a su cuerpo?

EL CAPELLAN

Se corrompia todo, senor.

EL CABALLERO

iMiseria de la carne!

EL CAPELLAN

Los gusanos le corrian. Formaban nido en la cabeza y bajo los brazos.

EL CABALLERO

iMiseria de la vida!

EL CAPELLAN

Dijeron que se le habia abierto la madre de los gusanos, la gusanera, como cuentan de un rey de las Espanas.

EL CABALLERO

?Donde ha muerto? Quiero ver su alcoba. Alli estara su sombra, esperandome…. Mis brazos de carne no podran estrecharla… Pero las almas se abrazan, porque tambien son de sombra, y los vivos oyen a los muertos.

El viejo linajudo sale seguido del capellan. Despues de un instante en torno del fuego, bajo la chimenea donde resuenan las risas del viento, comienzan a despertarse las voces de los mendigos, apagadas y llenas de misterio.

DOMINGA DE GOMEZ

iEn una casa tan rica no haber pan en el horno!… iVisteislo vosotros jamas de los jamases?

ANDREINA

Comiolo quien tenia dientes.

EL MORCEGO

Entonces no fuiste tu.

ANDREINA

Fue quien sabia agradecello.

LA MUJER DEL MORCEGO

No te enciendas, criatura.

DOMINGA DE GOMEZ

iNi harina ni grano en una casa tan rica!

EL MANCO LEONES

No parece que haya pasado la muerte, sino un turbion.

EL POBRE DE SAN LAZARO

Las casas mas grandes se consumen como los cirios del velorio, cuando los hijos se alzan contra los padres y pelean por las herencias.

EL MORCEGO

iYo que esperaba comer compango!

LA MUJER DEL MORCEGO

No la acertamos, Morcego.

DOMINGA DE GOMEZ

La Gloriosa Santa Baya, mandanos tal castigo porque dejamos su romeria.

EL MANCO LEONES

El senor amo, no olvidara la promesa que nos hizo.

EL MANCO DE GONDAR

Siempre fue muy liberal.

EL MORCEGO

?No habra nada que arrebanar por las alhacenas, Andreina? ?Algo habran dejado los abades que cantaron el entierro?

ANDREINA

Comieronlo las ratas.

Asoman en la puerta de la cocina el Ciego de Candar y el rapaz que le sirve de lazarillo. El ciego es un viejo de perfil monastico, con una capa tabacosa, que le llega a los zuecos. La zampona que lleva a la espalda le hace el bulto de una joroba, bajo la luenga capa. El lazarillo va cargado con las alforjas: Es un nino aldeano vestido de estamena, con la guedeja trasquilada sobre la frente con tonsura casi medioeval.

EL CIEGO DE GONDAR

?Hay licencia?

ANDREINA

No la has menester.

EL CIEGO DE GONDAR

?Y un sitio al amor de la lumbre?

ANDREINA.

Si no es mas que eso….

EL CIEGO DE GONDAR

Y una fabla que he de tener contigo, Andreina.

ANDREINA

?Una fabla?

EL CIEGO DE GONDAR

Y muy secreta.

EL MORCEGO

Asi muerto me entierren, si no viene por pedirte promesa de casamiento.
Darasnos los aguinaldos.

ANDREINA

Vos dare asados los cuernos de una cabra.

La vieja criada llega adonde el ciego, y aparta, con su diestra de bruja al lazarillo, empujandole hacia el hogar donde se agrupa la hueste mendicante. El Ciego de Gondar y la vieja se enredan en una platica que comienza en alta voz y acaba en susurro de secreto.

EL CIEGO DE GONDAR

Bien de mi corazon, allega si quieres, y si non non, que por el mundo sobran mujeres.

ANDREINA

iValiente prosero!

EL CIEGO DE GONDAR

Allega tu pico, paloma real, allega tu pico, que no soy gavilan.

ANDREINA

Acaba de una vez, que se me va la lumbre.

EL CIEGO DE GONDAR

Hermana Rebola, sopla en el lar. Nos, tras de la puerta, hemos de amasar, meter y sacar y dar de barriga. No riades, rapaces, que no hay picardia.

Celebran los mendigos aquellas clasicas burlas, y en tanto las glosan, la criada y el ciego hablan bajando la voz.

ANDREINA

?Que hay?

EL CIEGO DE GONDAR

Agora veras. Topabame sentado al abrigo de la capilla, en la misma puerta, y oigo golpes por la banda de dentro, respondo batiendo con el zueco, y escucho la voz de Don Farruquino.

ANDREINA

?Tu dices verdad?

EL CIEGO DE GONDAR

Esta alli como prisionero, y mandome que llegase secretamente a decirtelo para que vieses manera hablarle por la sala de la tribuna.

ANDREINA

Toda estoy temblando. Los otros hermanos son capaces de matarme.

EL CIEGO DE GONDAR

Yo cumplo con darte el aviso.

ANDREINA

Agora mismo voy ver….

Andreina sale de la cocina, y el ciego, tentando con el palo, se acerca al hogar, guiado por las voces de los mendigos que ahora comentan el naufragio de la barca de Abelardo.

EL CIEGO DE GONDAR

?Hablais de esos cinco mozos ahogados?

PAULA LA REINA

iEs una compasion de Dios!

DOMINGA DE GOMEZ

Inda no se sabe si han perecido los cinco.

EL CIEGO DE GONDAR

En toda la largura de la playa solamente se oyen las voces de las mujeres y de las criaturas.

PAULA LA REINA

iPobres almas, que triste suerte les espera!

DOMINGA DE GOMEZ

La misma que a todos nosotros. iPedir una limosna por las puertas!

EL CIEGO DE GONDAR

Por agora, la mar solo ha echado el cuerpo del patron y el del rapaz.

LA MUJER DEL MORCEGO

?De quien era el rapaz?

EL CIEGO DE GONDAR

No se decirvoslo.

LA REBOLA

Era el hijo mas nuevo de la Garula.

EL MORCEGO

iValiente borrachona esta la madre!

EL MANCO LEONES

Hace bien. En el mucho beber no hay engano, y el mejor amigo es el jarro.

EL CIEGO DE GONDAR

Donde estan todos los males es en el agua iMira si no el hijo! Lo que la madre no cato en toda la vida, lo achico en una noche el cuitado.

PAULA LA REINA

iAy, muerte negra!

EL POBRE DE SAN LAZARO

iMejor esta que nos!

DOMINGA DE GOMEZ

El mundo solamente es para los ricos.

EL POBRE DE SAN LAZARO

El mundo no es para nadie. ?Que hace un rico si arrastra la cadena de una cativa enfermedad? El mundo es una carcel escura por donde van las almas hasta que se hacen luz. El Senor Mayorazgo cuando poco hace te decia que torcieses el cuello a tu hijo, sin duda pensaba en todas las tribulaciones de su vida.

DOMINGA DE GOMEZ

iMiray que fue suerte la suya al desembarcar en aquella playa!

LA MUJER DEL MORCEGO

iNaufragar todos y salvarse el solo!

EL CIEGO DE GONDAR

Al Senor Mayorazgo no lo quieren ni los arroases de la mar, ni los
Demonios del Infierno.

EL POBRE DE SAN LAZARO

iSera para Dios Nuestro Senor!

Se oyen pasos en el corredor, y los mendigos callan. La Rebola echa en el fuego un haz de sarmientos que ahuman y chascan bajo las lenguas de la llama, y una gran hoguera irrumpe de pronto. La hueste mendicante, con estremecimientos humildes, con un gesto sordido, se agrupa en torno del hogar. Benita la Costurera asoma en la puerta y murmura la rancia salutacion.

BENITA LA COSTURERA

iAlabado sea Dios!

MUCHAS VOCES

iPor siempre bendito y alabado!

BENITA LA COSTURERA

?No esta Andreina?

LA REBOLA

Agora vuelve.

BENITA LA COSTURERA

?Donde anda?

LA REBOLA

Salio a un enredo.

BENITA LA COSTURERA

Lo mismo tiene que seas tu. En un vuelo vas al horno de la Curuja… Es mandato del Senor Don Juan Manuel. Te llegas, y dices que toda la hornada la traiga a la casona, que es para repartir entre los pobres… A luego, subirase vino de la bodega y mataranse doce palomas en el palomar.

Benita la Costurera se limpia los ojos enfermos con un trapo de hilo que trasciende a estoraque, y sale de la cocina. La hueste mendicante tiene un murmullo de gracias, en unas bocas triste, y en otras bocas jocundo. Como un rezo en la boca llagada del leproso.

[Ilustracion]

JORNADA SEGUNDA

ESCENA CUARTA

La capilla. Don Farruquino aparece en el presbiterio, sentado en un escano con espaldar de viejo y noble belludo, orlado por grandes clavos de bronce. Enfrente se abre el arco de la tribuna, donde se sume la figura negra y bruja de Andreina.

ANDREINA

iToda estoy temblando, mi rey!

DON FARRUQUINO

?Te dijo el ciego lo que habias de hacer?

ANDREINA

Algo me dijo… iMas los otros juraron segarme el cuello!

DON FARRUQUINO

Busca la llave, y me la echas….

ANDREINA

No se como lograrlo, pues la tiene el senor capellan.

DON FARRUQUINO

Se la robas.

ANDREINA

?Mas con que engano?

DON FARRUQUINO

Cuando duerma. ?El se acuesta con tigo o con la Rebola?

ANDREINA

iAsus! iQue picardias habla!… Ciego habia de estar para condenarse con la Rebola! iY lo que es conmigo! iAsus! Llevo muchos anos a cuestas, cuatro onzas y un doblon, para que me tienten los Dianos…. No diga esas picardias, mi rey, que un dia le sale una avispa en la lengua…. Yo le servire con toda voluntad en aquello que pueda, y cuantas llaves hay en la casona vere de traerselas, por si alguna abre.

DON FARRUQUINO

Si no, tendre que salir poniendo fuego a la puerta.

ANDREINA

Yo vere de servirle…. Mas luego no olvide la promesa que me hizo de tener a una de mis rapazas como su ama.

DON FARRUQUINO

Ya te dije que si alcanzo un curato, me llevo a las dos.

ANDREINA

Tanto no pido, iAsus!….

Se santigua la vieja encubridora, y el tonsurado segundon se pone en pie, y avizora hacia la puerta que comunica con la casona, una puerta pequena en la sombra humeda del muro de piedra, que rezuma. Se oye el rechinar de la llave. Don Farruquino se esconde en el rincon mas oscuro, y espera. La puerta se abre, y una sombra se aparta para dejar paso al Caballero. Otra sombra negra y bruja, huye de la tribuna.

EL CABALLERO

iSenor capellan, por que no esta encendida la lampara?

EL CAPELLAN

Se habra bebido el aceite alguna lechuza.

EL CABALLERO

Siento el volar de unas alas en esta oscuridad.

EL CAPELLAN

Aquel ventanal tiene rotos los cristales, y como entra el viento pudo entrar la lechuza.

EL CABALLERO

Las alas que yo siento se abren dentro de mi.

Avanzan las dos sombras hacia el presbiterio. Sus pasos huecos, en la soledad de la capilla, tienen una vaga resonancia, y las palabras un misterio de sombra.

EL CABALLERO

?Donde esta enterrada?

EL CAPELLAN

Esta losa la cubre, senor.

EL CABALLERO

Es preciso que la levantemos, Don Manuelito. iQuiero verla!

EL CAPELLAN

Nuestras fuerzas no bastan, senor.

EL CABALLERO

iPiedra, piedra, levantate!

Don Juan Manuel se arrodilla ante la sepultura, y entenebrecido, y suspirante, reza en voz baja. El capellan, en tanto, escudrina en la sombra con recelosa prevision. De pronto da una gran voz, grande y estentorea.

EL CAPELLAN

iFalta la lampara!

EL CABALLERO

iTragame, tierra!

EL CAPELLAN

iNo han sido lechuzas las que entraron aqui, fueron lobos!

EL CABALLERO

iNi una luz que alumbre tu sepultura, pobre Rusa! iNada han dejado! iRusa, pide por mi y por esos ladrones que bebieron la leche de tus pechos! iSon nuestros hijos, Maria Soledad!

El CAPELLAN

iY no han temido la colera divina!

EL CABALLERO

Y tampoco temen la mia, Don Manuelito!

EL CAPELLAN

iEl Senor pudo enviar sobre sus cabezas un rayo que los aniquilase!

EL CABALLERO

Yo pude enviarles un tiro.

EL CAPELLAN

iSon como fieras!

EL CABALLERO

Son lobeznos, hijos de lobo.

EL CAPELLAN

El Senor Don Juan Manuel nunca ha sido como ellos.

EL CABALLERO

iYo he sido siempre el peor hombre del mundo! Ahora siento que voy a dejarlo, y quiero arrepentirme. La luz que ellos apagaron se enciende en las tinieblas donde el alma vivia, y para que mi linaje, donde hubo santos y grandes capitanes, no lo cubran mis hijos de oprobio, acabando en la horca por ladrones, les repartire mis bienes y quedare pobre, pobre de pedir por las puertas…. Ahora probemos entre los dos a levantar la sepultura…. iQuiero ver a mi muerta!… iAcaso me hable!

EL CAPELLAN

Esos son delirios, Senor Don Juan Manuel.

EL CABALLERO

iPiedra, levantate!

EL CAPELLAN

iDon Juan Manuel somos viejos! Somos viejos y la vejez no tiene fuerzas. En otro tiempo no digo que no la hubiesemos levantado….

EL CABALLERO

Y ahora tambien.

EL CAPELLAN

Somos viejos.

EL CABALLERO

Mayor peso llevo sobre los hombros.

EL CAPELLAN

Y el que nunca se doblo, se dobla.

EL CABALLERO

Si, me doblo, y solo anhelo dejar la vida, Don Manuelito.

EL CAPELLAN

Ya tuvo el consuelo de rezar sobre la sepultura…. Vamonos de aqui….
?Mas, que ruido fue ese?….

EL CABALLERO

Consegui mover la losa.

EL CAPELLAN

iTiene los brazos de hierro!

EL CABALLERO

iMe sangran las manos!

EL CAPELLAN

Yo le ayudare, senor. ?Donde hallariamos algo con que apalancar?

EL CABALLERO

En esta oscuridad, apenas se ve.

Recorre el capellan el presbiterio y la capilla. En el fondo oscuro, sus ojos sagaces descubren de pronto un bulto inmovil, sin contorno ni faz, que simula la vieja escultura de algun santo. Se acerca mas. Alarga una mano en las tinieblas, y antes de haber palpado, va siente como un fulgor de adivinacion. Es Don Farruquino.

EL CAPELLAN

iAh!… Sacrilego, te habia reconocido.

DON FARRUQUINO

Silencio.

EL CAPELLAN

iNo bastaba el saqueo de la casa!

DON FARRUQUINO

Silencio…. Hablaremos donde no este mi padre.

EL CAPELLAN

?Como osaste tan impio latrocinio? ?Como has entrado en este sacro recinto? iHabla!

DON FARRUQUINO

Quise dar paz a mi conciencia.

EL CAPELLAN

iCon un sacrilegio!

DON FARRUQUINO

Impidiendo que otros lo cometiesen. Sabia de cuanto mis hermanos son capaces, y entre aqui para impedirlo….

EL CAPELLAN

?Donde estan las alhajas de la capilla?

DON FARRUQUINO

Ya habian sido robadas….

EL CAPELLAN

iNo mientas, perverso!

El Caballero desciende las gradas del presbiterio y avanza algunos pasos en la oscuridad de la capilla. La procer figura, que tiene la vaguedad de un fantasma, parece crecer bajo la nave, y su vos resuena impregnada de grave tristeza, de una tristeza de patriarca y de guerrero. Los dos clerigos callan.

EL CABALLERO

?Por que te escondes, mal hijo?

DON FARRUQUINO

No me escondo, senor.

EL CABALLERO

?Temes mi justicia?

DON FARRUQUINO

Quien esta sin culpa, nada teme.

EL CABALLERO

iHas apagado la unica luz que ardia sobre la sepultura de tu madre!

DON FARRUQUINO

Si mi padre lo dice, sera verdad.

EL CABALLERO

Eres solapado en las palabras como en las obras. iDefiendete, al menos!

DON FARRUQUINO

Dios Nuestro Senor ha elegido mi cabeza inocente para que sobre ella caigan las culpas de otros.

EL CABALLERO

A mi no puedes enganarme… Llega y ayudame a levantar la sepultura… No tardare en morir, y si tardase os faltaria paciencia para esperar… Porque no acabeis en la horca he pensado repartiros mis bienes. Me heredareis en vida… Llega y ayudame… Si tienes hijos, ellos me vengaran… Los votos no te impediran tenerlos. Llega para que podamos levantar la losa.

EL CAPELLAN

Vamos, alma de Faraon.

DON FARRUQUINO

No reconozco a Don Juan Manuel.

EL CAPELLAN

Tiene razon, cuando dice que va a morir.

Se llegan al presbiterio, se mueven vagarosos alrededor de la sepultura, tantean, se encorvan, y en silencio, con una rodilla en tierra, en un tacito acuerdo, comienzan a levantar la losa. Se les oye jadear. Cuando aparece el hueco negro, pestilente, humedo, el viejo linajudo se inclina sobre el, y solloza con un sollozo sofocado y terrible de leon viejo. El hijo, con los ojos nublados de miedo, se aparta.

DON FARRUQUINO

iNo puedo mas!

EL CAPELLAN

Temo que a tu padre le de un arrebato de sangre.

EL CABALLERO

iMaria Soledad, aqui estoy! iHablame!

EL CAPELLAN

Basta ya, senor….

EL CABALLERO

iQuiero ver su rostro por ultima vez!

El Caballero levanta la tapa del feretro y en la oscuridad de la cueva albean las tocas del sudario y destella la cruz colocada sobre el pecho, entre las manos yertas. El Caballero se inclina, y un aire de humeda pestilencia, que le hace sentir todo el horror de la muerte, pone frio en su rostro.

EL CABALLERO

iMaria Soledad, esperame!… Tienes los ojos abiertos y siento que me miras… Ahora me voy, pero vendre pronto y para siempre a tu lado… iDios!… iDios!… iCativo Dios, por que me llevaste a la Rusa!….

El Capellan acude, y levanta el desfallecido cuerpo del Caballero. El hijo, mas tardo por miedo o desamor, se acerca tambien y le ayuda. Casi en brazos le sacan de la capilla. Don Juan Manuel, en la puerta los hace detener y se arrodilla.

EL CABALLERO

iAbierta queda mi sepultura!… iMaldito quien intente poner la losa antes de haber bajado yo a la cueva! iMaria Soledad, esperame!

[Ilustracion]

JORNADA SEGUNDA

ESCENA QUINTA

La alcoba donde murio Dona Maria.—En el fondo, bajo los cortinajes de damasco carmesi, que tienen algo de liturgico, abandonada y fria aparece la cama antigua, de nogal tallado y lustroso. Don Juan Manuel esta en el umbral de la puerta. Su hijo y el capellan le sostienen. El rostro palido y la barba de plata se sumen en el pecho.

EL CABALLERO

Quiero morir aqui, en la misma cama donde murio aquella santa… He vivido siempre como un hereje, sin pensar que hay otra vida, y ahora siento una luz dentro de mi….

EL CAPELLAN

Es la luz de la Gracia.

EL CABALLERO

Senor capellan, necesito la absolucion de mis pecados para reunirme con mi mujer en el Cielo.

EL CAPELLAN

Es menester que haga confesion de ellos.

EL CABALLERO

No tengo mas que uno… iUno solo que llena toda mi vida!… Hare
Confesion publica… Llamad a los criados… Que acudan todos…
iCriados de mi casa!… iHermanos que llegasteis aqui conmigo!…
?Donde estais? iQuiere hacer confesion ante vosotros Don Juan Manuel
Montenegro! ?Donde estais? iLlegad todos!

El hijo y el capellan se interrogan con una mirada. En sus ojos asoma el mismo pensamiento, y se dicen si no ha pasado sobre ellos, en aquellas palabras, una rafaga de locura. Los criados y los mendigos van llegando de la cocina con un rumor lento, ojos de susto, gesto de misterio, y se detienen sobre el umbral de la puerta.

ALGUNAS VOCES

iAve Maria Purisima!

EL CABALLERO

iCavada tengo la sepultura! He visto en mi camino a la muerte y estan marcadas mis horas… Cuando echeis el cuerpo a la tierra, volved a poner la losa que han alzado mis manos, pero antes no. iMaldito sea quien lo intente!… Tu, mal hijo, no finjas dolor… Lleva a los otros la noticia, y celebradla juntos en la cueva de los ladrones, en el cubil de un lobo, donde nadie os vea. Cuanto era mio, manana sera vuestro, y el cuerpo que sera de los gusanos, tendra mas noble destino… No lloreis vosotros, criados y hermanos mios, que estas puertas las hallareis siempre francas, y, aunque fria, siempre sentireis mi mano tendida hacia vosotros. iNo dejo otra manda para que mis crimenes me sean perdonados, y he de alzarme de la sepultura si no fuese cumplida! No lloreis, y haced silencio, que quiero confesar mis pecados al senor capellan de mi casa. No tengo mas que un pecado… iUno solo que llena toda mi vida!… He sido el verdugo de aquella santa con la impiedad, con la crueldad de un centurion romano en los tiempos del emperador Neron… Un pecado de todos los dias, de todas las horas, de todos los momentos… No tengo otro pecado que confesar… La aficion a las mujeres y al vino, y al juego, eso nace con el hombre… Pecado grande es haber sido verdugo de un alma y haber puesto en ella garfios encendidos en las hogueras del Infierno. iLos garfios que en las carnes de los condenados clava Satanas!… Y ahora me arrodillo para recibir la absolucion… Senor capellan, la absolucion, y la tuya tambien, mal hijo, ya que tienen esa gracia tus manos impuras. Absolvedme y despues clavad esa ventana, clavad esa puerta, dejadme aqui como en un pozo, solo, para morir.

El Capellan traza una cruz con su diestra sobre la cabeza del viejo linajudo, y el murmullo de los rostros aldeanos y mendigos, resplandeciente de fe, se eleva en una grave onda.

[Ilustracion]

JORNADA SEGUNDA

ESCENA SEXTA

Sobre la encrucijada de dos caminos aldeanos, un campo de yerba humilde salpicada de manzanilla, donde hay un retablo de animas entre cuatro cipreses. Es paraje en que hacen huelgo los caminantes, y rezan las viejas, anochecido. Don Rosendo, Don Mauro y Don Gonzalito, descansan al pie de los cipreses, con los caballos del diestro. Mas lejos un mozo aldeano deja pacer la yunta de sus vacas, y a lo largo de los caminos, que se pierden entre verdes y sonoros maizales, trotan cabalgadas de chalanes que van de feria, y cruzan graves y procesionales, viejos vestidos de estamena, con sus grandes bueyes de cobre luciente, hermosos como idolos, con verdes ramos de roble en las testas.

DON MAURO

?Donde se habra metido el clerigo?

DON ROSENDO

En casa de alguna moza.

DON MAURO

A Pedro son muchos los que le han visto pasar solo. ?Como se habran separado?

DON GONZALITO

Renirian al repartirse lo que nos robaron.

DON ROSENDO

iLastima que no se matasen!

DON MAURO

Hay que volver por alla….

DON GONZALITO

Si ellos no nos ganan la mano.

DON MAURO

iHaber olvidado la capilla!

DON ROSENDO

Cuando se tiene una pena no se esta para recordar….

DON GONZALITO

iPobre madre! Ella acudia a todos, y teniamos un amparo…. ?Pero ahora, que sera de nosotros?… Hemos amargado sus ultimos momentos con nuestras disputas. iSomos como fieras!

DON MAURO

Lo hicimos de obligados. Si no lo hacemos, los otros bandidos nos dejan sin una hilacha.

DON GONZALITO

Pero es triste.

DON MAURO

Si, lo es.

Por un momento los tres hermanos quedan silenciosos. Una tropa de chalanes llega y descabalga para descansar a la sombra de los cipreses, dejando libres los jacos en el verde y oloroso campo, que cruzan aquellos caminos aldeanos por donde se pierden huestes de mujerucas, viejas y mozas, que van al molino con maiz y con centeno. Los chalanes son siete: Manuel Tovio, Manuel Fonseca, Pedro Abuin, Sebastian de Xogas y Ramiro de Bealo con sus dos hijos. Oliveros, el mayor, tiene el noble y varonil tipo suevo de un hidalgo montanes. La barba de cobre, los ojos de esmeralda y el corvar de la nariz soberbio, algo que evoca, con un vago recuerdo, la juventud putanera de Don Juan Manuel Montenegro. Alla, en su aldea, la madre y el hijo suelen enorgullecerse de aquella honrosa semejanza con el Senor Mayorazgo. Y Ramiro de Bealo ha conseguido por ello que el viejo linajudo le diese en parceria cuatro yuntas, y en aforo las tierras de Lantanon.

LOS CHALANES

iSantos y buenos dias!

LOS SEGUNDONES

iSantos y buenos!

RAMIRO DE BEALO

?El Senor Don Mauro camina para su casa de Bealo?

DON MAURO

Para alla se camina.

RAMIRO DE BEALO

?Tornan del entierro de la senora mi ama, que goce de Gloria?… iDios les otorgue su santa conformidade!… ?Por alla verian a la parienta? Cuando salimos para la feria, dijonos que tenia determinado acudir. iPor alla la verian! Nos hubieramos cumplido como ella, de no hallarnos con un buey escordado, sin yunta para labrar la tierra…. Si Dios nos mantiene con vida y salud, el domingo bajaremos a la villa para oir una misa y saludar al Senor Don Juan Manuel.

DON MAURO

Pues yo os digo que en la casa de mi padre haceis vosotros la misma falta que los canes en la de Dios. Eso os digo.

DON GONZALITO

Harto habeis ordenado esa vaca, y no penseis que por ser muerta mi madre….

OLIVEROS

Pues alla iremos, sin contar con su venia.

RAMIRO DE BEALO

iCalla, rapaz! No muevas pleitos.

OLIVEROS

Hablo aquello que bien me parece, mi padre.

DON ROSENDO

iLo malo sera que te arranquen la lengua!

OLIVEROS

La defienden los dientes.

RAMIRO DE BEALO

Ten miramiento, rapaz.

DON ROSENDO

Defensa de mujer.

OLIVEROS

Y de lobo.

DON MAURO

iNo te los haga yo dejar clavados en la tierra!

OLIVEROS

iMucho hablar es!…

DON GONZALITO

Si los quieres bien, no los saques al aire.

OLIVEROS

iMirenlos!

Oliveros muestra los dientes albos, jovenes, fuertes, con un gesto lleno de violencia, que recoge los labios y los estremece con sanguinaria y primitiva fiereza.

DON MAURO

iDientes de hambre, no asustan!

OLIVEROS

iHambre de morder!

DON GONZAITO

Un mendrugo.

DON ROSENDO

iCadelo sarnoso!

OLIVEROS

De su sangre me vendra la sarna.

RAMIRO DE BEALO

Rapaz, ten miramiento, que son mas que tu.

OLIVEROS

A ustede, tocale callar, mi padre.

RAMIRO DE BEALO

Que ellos son caballeros, rapaz.

OLIVEROS

De la nobleza que vengan, vengo yo.

DON ROSENDO

Por detras de la iglesia no hay nobleza, sino hijos de puta.

DON MAURO

Tu siempre seras el hijo de un cuerno de Ramiro de Bealo.

OLIVEROS

Ni de puta ni de cabron soy nacido, ni nunca dos veces me lo dijeron.

El Mozo chalan adelanta hacia los segundones blandiendo la luenga pica con que acucia y guia su vacada por llanos y veredas. Los otros chalanes, en banderia, se ponen a su lado, y la tropa de villanos cerca a los segundones.

DON MAURO

iPara mi, tres!

SEBASTIAN DE XOGAS

iAlla va uno con quien sera bastante!

DON ROSENDO

iNo cejes, Gonzalo!

OLIVEROS

iMiren estos dientes!….

RAMIRO DE BEALO

iRapaz, que me matan!… iAcude aqui!….

DON MAURO

iPara mi, tres!

El segundon lanza su grito en medio del campo, como un gigante antiguo, desnudo y vencedor. A sus pies, con la cabeza abierta, muerden la yerba Sebastian de Xogas y Pedro Abuin. Los otros segundones casi sucumben bajo la acometida de todos los chalanes unidos.

DON GONZALITO

iSiete contra tres!… iMiserables!

DON ROSENDO

iComo si fuesen setenta!

OLIVEROS

iYo para uno solo!

El mozo, siempre blandiendo su pica, va sobre Don Mauro. El bastardo y el segundon se miran frente a frente: Oliveros palido por el ansia de la pelea, estremecido con el deseo del vencimiento, y el segundon fuerte, soberbio, con la cabeza desnuda y las manos rojas de sangre, como el heroe de un combate primitivo en un viejo romance de Castilla.

OLIVEROS

iAhora veras si son buenos los hijos de puta!

DON MAURO

iPara mis galgos ha de ser tu lengua!

Se acometen los dos: El chalan blande su pica, y el segundon, con arrogante brio, sigue clavandole los ojos, puestas en alto las manos ensangrentadas, para guarnecer su cabeza desnuda. Restalla el golpe. Entre las manos del segundon queda la pica, que vuela por los aires, luego, partida en dos. La lucha continua brava, bella, rugiente. Los caballos, asustados, huyen arrastrando las riendas, y alla lejos, en medio de los caminos, relinchan. Manuel Tovio, Manuel Fonseca, Ramiro de Bealo y el menor de sus hijos acosan en cerco a Don Gonzalo y Don Rosendo. De pronto, entre el restallar de las picas sobre los craneos y el concavo tundir de los punos contra los pechos, se levanta, como el claro canto de un gallo el grito de Don Manro.

DON MAURO

iPara mi, tres!

DON ROSENDO

iAnimo, hermanos!

DON GONZALITO

iAnimo!

Como una rafaga, la hueste de chalanes siente el triunfo de los segundones. En un tacito acuerdo comienzan a cejar, sin vergueenza de ser vencidos por aquellos tres hidalgos.—iQue para eso son hidalgos y senores de torre!—Oliveros, en tierra, de cara contra la yerba, ruge, sofocado por las manos del herculeo segundon. El grito de Don Mauro es un claro clarin.

DON MAURO

iPara mi, tres!

[Ilustracion]

JORNADA TERCERA

JORNADA TERCERA

ESCENA PRIMERA

Una rincon en la iglesia de Flavia-Longa. Lega como mosconeo, la voz desentonada y gangosa el abad, un exclaustrado ordo, que guia las Cruces en la Capilla e Jesus Nazareno. Una mujeruca del pueblo, que lleva el manteo a modo de capuz, suspira al terminar sus rezos y besa la tierra con la lengua. Es muy vieja, toda arrugada, con ese color oscuro y clasico que tienen las nueces de los nogales centenarios. Atraviesa la nave, y el lento arrastrar de sus madrenas cuenta sus anos. Aquella mujeruca sirve desde nina en la casa de Don Juan Manuel Montenegro: Es Micaela la Roja, que conocio a los difuntos senores cuando entro de rapaza de las vacas, por el yantar y el vestido. Ahora camina apoyada en un palo. Renqueando entra en una capilla con puerta de hierro, toda tristeza y herrumbre, y se acerca a una mujer que reza. Es Sabelita, que fue otro tiempo barragana del Caballero. Con las cabezas juntas hablan quedo en aquella sombra humeda que parece destilar oraciones, y dos velas se consumen en el altar, dos velas rizadas y pintadas como dos madamas.

LA ROJA

iDabame mi alma que aqui la toparia!

SABELITA.

No te ha enganado.

LA ROJA

Cuando remate sus obligaciones, tiene de venirse conmigo.

SABELITA

?Adonde?

LA ROJA

A la casona.

SABELITA

Roja, no quiero verlos mas, ni al padre ni a los hijos….

LA ROJA

A los rapaces, no digo… Mas al senor mi amo fuerza es que le vea.
Cordera, por ese mor vengo procurandola. Esta el cuitado como adolecido
desde que tuvo el primer anuncio, que fueron las luces de la Santa
Compana.

SABELITA

?Vio a la Santa Compana?

LA ROJA

Si la vio…. Era una hueste muy luenga de animas en pena, todas vestidas de blanco. Pareciosele de noche en el Campo de la Iglesia.

SABELITA

iAlla, en Viana!

LA ROJA

iY en la misma hora que dejaba el mundo Dama Maria!… El marinero con la carta llego despues…. Don Galan bajo conmigo a franquealle la puerta.

SABELITA

?Vosotros vinisteis con Don Juan Manuel?

LA ROJA

Nosotros vinimos por tierra. iAy, cuide de no llegar! El senor mi amo, embarco solo en la barca que luego fue naufraga.

SABELITA

iQue desgracia tan grande! Recemos una Salve por el descanso de esos pobres marineros ahogados.

LA ROJA

Estaba de Dios que ellos pereciesen y que el amo se salvase.

Las dos rezan a media voz, con un bisbiseo devoto y confuso, que se junta en las sombras de la capilla al chisporroteo de las velas. Las dos inclinan las cabezas y ponen en blanco los ojos para poder alzarlos al altar, desde donde responde a su mirada, la mirada extatica de una Dolorosa. El parpadeo de las luces da una apariencia de vida al cerco amoratado de aquellos ojos, a la boca dolorida, a las mejillas con dos lagrimas de cristal. Sabelita y la vieja se santiguan al terminar su rezo.

LA ROJA

Pronto cerraran la iglesia. iVamonos!

SABELITA

Yo, no….

LA ROJA

Es una obra de caridad que acuda a llevarle un consuelo.

SABELITA

Tu sabes que no puede ser….

LA ROJA

Agora es solamente un pecador arrepentido.

SABELITA

?Que dice?

LA ROJA

Con nadie habla y a nadie quiere ver. Encerrado en la alcoba donde murio la santa, se oyen sus pasos, que vienen y que van…. Cuando alguien se acerca requiere la escopeta y amenaza con matarle.

SABELITA

?Tu no le has visto?

LA ROJA

No, cordera. Su pensamiento es dejarse morir de hambre.

SABELITA

?Y que puedo hacer?

LA ROJA

Venir a suplicarle.

SABELITA

No oira mi voz.

LA ROJA

Es la sola que oira…. iNo puede ser que le deje morir solo, como un can!

SABELITA

iYo no se que hacer!

LA ROJA

?Que le dice su corazon?

SABELITA

iMe dice tantas cosas encontradas!

LA ROJA

?Y ninguna grita mas fuerte?

SABELITA

iAh, si!

LA ROJA

?Por que no obedece esa voz.

SABELITA

iTemo el pecado!…

Sabelita se santigua, y la rosa marchita de su boca se estremece con el murmullo de mi rezo. Sus ojos se clavan en el altar, y las dos velas que lloran sin consuelo sobre las arandelas de cristal, al alma llena de supersticiones milenarias le fingen dos mujeres desmidas que se consumen en llamas, no sabe si las del pecado, si las del infierno. Un viejo de guedejas blancas cruza la iglesia agitando alunas llaves en manojo.

LA ROJA

Vamonos, cordera, que ya San Pedro anda tocando los fierros.

SABELITA

Vamonos….

LA ROJA

?No le acordo una resolucion la Santisima Virgen?

SABELITA

No.

LA ROJA

?Sigue batallando con sus dudas?

SABELITA

iAy, Jesus!

Salen de la iglesia. En el cancel esperan las viudas de los naufragos para tratar del entierro con el senor abad. Es un grupo de mujeres que huelen a marinada, con los ojos encendidos y las grenas flojas, con los vestidos humedos, pardos, de una tristeza salobre, restos de otros lutos.

LA ROJA

El Senor Don Juan Manuel dispuso que se diese a cada viuda una carga de maiz. iFue la sola cosa que hablo!

SABELITA

iVamos alla!

LA ROJA

iDios te lo premiara, mi hija!

[Ilustracion]

JORNADA TERCERA

ESCENA SEGUNDA

Una antesala en la casona. Andreina hila y otros criados desgranan maiz, a la redonda de una cesta colmada de mazorcas. Hablan en voz baja, atentos a los pasos que vienen y van en la alcoba donde murio la senora ama. La puerta esta cerrada, y de tiempo en tiempo alguno de los criados se acerca sin ruido y escucha. Los otros callan contemplandole, y cuando se les junta, otra vez comienza el calido susurro de la conversacion. Y el rumor de los pasos que vienen y van, parece marcar todos los gestos y todas las actitudes de aquellos criados que desgranan mazorcas en la antesala oscura.

ANDREINA

iTal como agora veis, de dia y de noche!…

EL RAPAZ DE LAS VACAS

iPor la noche se oian sus lamentos!…

LA RECOGIDA

iUna voz de desespero que llenaba toda la casa!

ANDREINA

iLa voz del enemigo que tenia en el cuerpo, y turraba por salir!…

LA REBOLA

iAve Maria!

DON GALAN

iAhi lo teneis arrepentido como un fraile, por lo mucho que hizo sufrir a la senora ama!

LA REBOLA

?Y dejarase morir de hambre?

DON GALAN

Antes rabiara.

LA REBOLA

iNi que fuera can!

EL RAPAZ DE LAS VACAS

iTengo dolidas las manos! ?Desgrana bien ese carozo, Rebola?

LA REBOLA

Hace el solo la labor.

EL RAPAZ DE LAS VACAS

Yo no atopo uno bueno.

LA REBOLA

Este lo tuve en el lar, por mor que endureciese.

DON GALAN

Si me lo regalas, te doy palabra de casamiento.

ANDREINA

?Y ha de ser ella quien te de el carozo?

EL RAPAZ DE LAS VACAS

iNunca tal vi, ser la mujer quien lleve el carozo!

DON GALAN

Asi juntabamos dos. iNo teneis oido que cuanto mas, mas gracia de Dios!

ANDREINA

iGran maricallo!

Dona Moncha entra en la antesala, y los criados al verla, callan, aparecen graves, con algo de sombras en la vastedad de aquella antesala oscura. No se distinguen los rostros, son los ademanes de una rara lentitud y las figuras parecen vestir tunicas de niebla.

DONA MONCHA

?Se oyen sus pasos?

ANDREINA

Si, senora.

DONA MONCHA

iNo descansa!….

DON GALAN

iTiene un verme que le roe y no le deja!

ANDREINA

iComo si estuviese ya difunto, roele un verme!

Se acerca Dona Moncha a la puerta y escucha. Los pasos se alejan. Espera. Los pasos retornan ya. Dona Moncha pulsa timidamente en la puerta. Todos callan y esperan.

DONA MONCHA

iTio!… iTio!… iQue se esta matando… iTio!… iTio!… iQue es un pecado lo que hace! iTio!… iTio!….

ANDREINA

iNo contestara!

EL RAPAZ DE LAS VACAS

iHallase firme en dejarse morir de hambre!

DON GALAN

iEsta adolecido!… iTiene el alma ausente!….

Sin ruido, lentamente, Dona Moncha se aparta de la puerta y se sienta entre los criados a desgranar espigas. Se oye alguna voz apagada, y el alarido del viento y las pisadas que vienen y van. Desgranada una cesta de mazorcas, traen otra. En la antesala vaga ahora una sombra negra, la sombra del capellan.

EL CAPELLAN

Los pasos no dejan de oirse ni de dia ni de noche.

DONA MONCHA

iNi de dia ni de noche!

EL CAPELLAN

iConcluira por enloquecer!

DONA MONCHA

iEnloquecido esta ya!

EL CAPELLAN

iNo debiamos dejarle!

DONA MONCHA

iPobres de nosotros, que podremos hacer!… Yo tiemblo cuando me acerco a esa puerta.

DON GALAN

iTiene un verme que le roe!

ANDREINA

iComo si estuviera ya difunto, comele, comele!….

El capellan se acerca a la puerta y pulsa con los artejos. Espera un momento, y como ninguna voz responde, vuelve a pulsar. Les pasos vienen y van.

EL CAPELLAN

iSenor Don Juan Manuel!… iSenor Don Juan Manuel!… iDios nos manda tener valor! Debemos conservar la existencia como un don precioso, y amarla a pesar de sus espinas….

ANDREINA

iNo respondera!

LA RECOGIDA

iEs como un rey, y a nadie escucha!

La sombra del clerigo vuelve a vagar por la antesala. Los criados comentan en voz baja, graves, lentos, reunidos a la redonda de la cesta llena de mazorcas, y sus voces supersticiosas, parece que van en la oscuridad, de un misterio hacia otro misterio. Y los pasos vienen y van.

ANDREINA

iY asi dia y noche!

LA RECOGIDA

iNo descansa!

DON GALAN

iYa tendra su descanso, y que luengo sera!

LA RECOGIDA

iPara siempre!

EL RAPAZ DE LAS VACAS

iNo escucha ninguna voz!

ANDREINA

iYa escuchara la de Nuestro Senor!

LA RECOGIDA

iEsa todos los nacidos la escuchamos!

ANDREINA

iEs mas fuerte que el huracan!

EL RAPAZ DE LAS VACAS

iY mas que los truenos!

DON GALAN

iY mas que el broar de la mar! LA RECOGIDA

Esta noche no dejo de oirse la mar de Corrubedo.

LA REBOLA

iDicen que se oye en la redondez de quince leguas!

ANDREINA

iEn toda la redondez del mundo oyese la voz de Nuestro Senor!

Cesa de pronto la glosa de los criados que hacen rueda desgranando mazorcas. Artemisa la del Casal, moza blanca y rubia, briosa y rozagante, con manteo cercado de velludo y capotillo marinan, acaba de aparecer en el umbral de la antesala. Se la tiene por hija bastarda del Caballero. Trae de la mano a un nino de ojos picarescos, que se tambalea sobre los zuecos blancos, que muestran no haber pisado la tierra. Un tirante amarillo cruza el pecho del rapaz con la prosapia de una banda, y sujeta el calzon de pana, que no llega a los zuecos. En una mano sostiene el gorro catalan, que aun tocaba su cabeza al parecer en la antesala, y en la otra estruja una rana viva.

ARTEMISA

iSantas y buenas noches! Saluda, Floriano.

EL NINO

iBendito y alabado sea el Santisimo Sacramento del Altar!….

ARTEMISA

Besa la mano al senor capellan. Besa tambien la mano a Dona Moncha.

DONA MONCHA

?Que os trae?

ARTEMISA

Saber si ha tenido mudanza el senor.

EL CAPELLAN

Parece resuelto a dejarse morir.

ARTEMISA

iLa Santisima Virgen de Gundarin no lo permitira!

ANDREINA

?Y si lo quiere asi la Santisima Virgen?

DON GALAN

iTopanse con gana de pleitos en el Cielo!

ARTEMISA

Todo el dia estuve con cuidado, y el pequeno, como sentiame suspirar, habian de ver que consuelos me daba. ?Y sigue de la misma conformidad el senor?

DONA MONCHA

De la misma.

ARTEMISA

?Por que le dejan asi? Acabara por subirsele toda la sangre a la cabeza.

DONA MONCHA

Hablale tu a ver si te responde. iYo tiemblo de acercarme a esa puerta!

Artemisa la del Casal, se acerca a la puerta con el nino de la mano. En la alcoba los pasos vienen y van obstinados y extranos como el pensamiento de los locos. Artemisa atiende algunos momentos.

ARTEMISA

iPasea en la oscuridad!

EL CAPELLAN

Al entrar en la alcoba, mando clavar las ventanas.

ARTEMISA

iSenor!… iSenor!… ?Ya no me conoce? iSoy Artemisa!… iSenor, franquee la puerta! iPor el alma de aquella santa! iSenor, que soy Artemisa!

Las pisadas que vienen y van dejan de oirse y la puerta se abre con estrepito. En el umbral, sobre el fondo oscuro de la alcoba, aparece la figura de Don Juan Manuel Montenegro. Tiene un fulgor de colera en las pupilas, en las manos de marfil anoso la escopeta, y su barba se derrama sobre el pecho, tremula y blanca.

EL CABALLERO

iSera preciso que mate a uno! iNo me dejareis morir en paz!… iMalditos todos, que llegais a esta puerta y no respetais mi dolor! iYo tambien sere maldito, porque vosotros no me dejais morir arrepentido! iMis horas estan contadas!… iTengo ya la sepultura abierta! iDejadme! iToda la noche han aullado los perros!… iCierro los ojos para morir, y vuestras voces me despiertan!… iSois como las hienas, que desentierran a los cadaveres!… iTendre que mataros!… iDejadme, hienas y lobos y escorpiones!… iDejadme que muera y que la tierra caiga a punados sobre mis ojos!…

El viejo linajudo atraviesa la antesala y huye por el largo corredor lleno de resonancias. Todos se miran en silencio, con ojos de susto, y se acercan, uno a uno, al umbral de la alcoba que hiede a muerte. Alli agrupados dudan de entrar, como si continuasen oyendo aquellos pasos obsesos y viesen la sombra, en la sombra ir y venir.

ARTEMISA

iEspanto en el alma me pusieron sus palabras!

DONA MONCHA

iSon bien de espantar!

LA RECOGIDA

iQuiere morir!

ANDREINA

iY buscara la muerte!

ARTEMISA

iY condenara su alma!

LA RECOGIDA

iAdonde ira!

DON GALAN

iSi no le temiere, iria tras el!

El CAPELLAN

iNo acosemos al leon!… Si nuestros ojos no pueden seguirle, que le sigan nuestras oraciones.

El capellan pasea la estancia de uno a otro testero, con un murmullo de rezo, y los criados, reunidos a la redonda de la cesta colmada de mazorcas, hablan en voz baja. De pronto se oyen pisadas de caballos refrenados ante el porton.

DONA MONCHA

?Que sera en tal hora?

EL CAPELLAN

Los lobos que bajan del monte. ?Quienes pueden ser sino los hijos?….

DON GALAN

Llegan para repartirse la herencia.

ARTEMISA

iPronto tuvieron noticia!….

DON GALAN

iAlguna bruja!….

ANDREINA

iDe hoy son nuestros amos.

[Ilustracion]

JORNADA TERCERA

ESCENA TERCERA

Don Juan Manuel Montenegro cruza una y otra calle, calles angostas asombradas por altas tapias, sobre las cuales ya se derrama una higuera, ya descuella un cipres. iViejas calles de una vieja villa feudal, con iglesias, con caserones, con huertos conventuales! De los negruzcos aleros gotea la lluvia, y en las angostas ventanas que se abren debajo asoma el contorno de un gato, alguna rara vez.

EL CABALLERO

?Donde esperar la muerte sin que me acosen con sus voces?… ?En que oscura cueva de lobo o de leon ire a esconderme?… iNo hallo paz en la vida!iFui pastor de lobos y ahora mis ganados me comen iEngendre monstruos y estoy maldito! ?Por que de aquel vientre de mujer santa salieron demonios en vez de angeles con alas? iEstaba maldito el sembrador! iEstaba maldita la simiente! iMuerte, no tardes! iSacame de este pozo de sierpes y dame a tus gusanos!… iQue me coman tus hijos, pero no los mios! iMuerte, no tardes! iDios, si por mis pecados no me quieres, deja que me arrebate Satanas!

El Caballero cruza ante dos mujeres que se asustan del encuentro. Pasa sin verlas y solamente se detiene cuando le llaman con planideros gritos. Entonces reconoce a la vieja criada y a Sabelita.

LA ROJA

iSenor mi amo, adonde camina en esta hora?

SABELITA

iDon Juan Manuel! iMadre de Dios!

LA ROJA

iSenor, adonde camina con la blanca cabeza descubierta a la lluvia?

EL CABALLERO

?De que infierno habeis salido? ?Por que me deteneis? ?Por que me hablais cuando huyo de vuestras voces?… iIsabel, que me quieres? iMe abandonaste un dia y ahora vuelves a mi, acompanada de una bruja! ?De que infierno sales, Isabel? ?Cual es tu nombre ahora?

SABELITA

iSoy Isabel, senor!….

EL CABALLERO

iEl demonio no te llama Isabel!… iEl demonio te llama voz de mentira, cuervo de ingratitud, sierpe de hipocresia, brasa de lujuria!iSolo la santa de quien fuimos verdugos te llama Isabel! iAy, para ella todos eramos sus hijos!… iPero Satanas no tiene en los labios el amor de aquella boca ya muda!… iIsabel, tu para mi te llamas remordimiento, y esa bruja, bruja!

Desaparece el Caballero en la sombra. Las dos mujeres, asustadas, no se atreven a seguirle. Por algunos momentos se oyeron pasos en la soledad de la calle. iHuecos y resonantes pasos! El Caballero baja a la playa. El viento bordonea en el mar.

EL CABALLERO

iMar, tus olas no se abrieron para tragarme!… iQuisiste aquellas vidas y no quisiste la mia!iSi me tragases, mar, y no arrojases mi cuerpo a ninguna playa!iSi me sepultases en tu fondo y me guardases para ti!… iNo me quisiste aquella noche, y soy mas naufrago que esos cuerpos desnudos que bailan en tus olas!… iTengo la pobreza y la desnudez y el frio de un naufrago! iNo se adonde ir!… iSi la muerte tarda, pedire limosna por los caminos!… iY el mar, aquella noche, pudo caer sobre mi cuerpo, como la tierra de la sepultura, y no me quiso!… iYa soy pobre! iTodo lo he dado a los monstruos! iMi alma en otra vida, aquella vida de que huyo, tambien fue un mar, y tuvo tempestades, y noches negras, y monstruos que habian nacido de mi! iYa no soy mas que un mendigo viejo y miserable! iTodo lo he repartido entre mis hijos, y mientras ellos se calientan ante el fuego encendido por mi, yo voy por los caminos del mundo, y un dia, si tu no me quieres, mar, morire de frio al pie de un arbol tan viejo como yo! iLas encinas que planto mi mano no me negaran su sombra, como me niegan su amor los monstruos de mi sangre!….

A lo largo de la playa bajan tres negras figuras. Sobre sus hombros se alarga un palo, que alla en su extremo parece levantar hacia la luna en dos cuernos, la dentadura de una vieja. Las tres figuras negras van delante del Caballero. De tiempo en tiempo se detienen, y sobre las olas crestadas de espuma alargan sus varales, y los dientes de bruja que se abren al extremo desaparecen sepultos en el mar. El Caballero pasa por entre aquellas figuras que, asombradas, le reconocen. Son tres mendigos que en las noches de resaca catean por la playa buscando los tesoros de un naufragio. El viejo linajudo tambien reconoce aquellas sombras. El Morcego, la coima, y un loco que se llama Fuso Negro.

EL CABALLERO

?Que trasgo o que bruja os ha convocado aqui?

FUSO NEGRO

La luna….

LA MUJER DEL MORCEGO

Buscamos los tesoros de una gran nave que venia no se sabe de donde….

EL MORCEGO

Un gran bergantin, que naufrago en la mar de Corrubedo.

LA MUJER DEL MORCEGO

Pudiera suceder que las olas tuviesen mas caridad que algunos corazones, y esta noche nos arrojasen alguna cosa, remedio de nuestra pobreza.

EL CABALLERO

iLas olas no tienen caridad!

LA MUJER DEL MORCEGO

Para muchos la tuvieron….

EL MORCEGO

Y no hay otra playa como esta, adonde salgan tantas tablas de navios.

LA MUJER DEL MORCEGO

Y por veces cosas de gran riqueza….

FUSO NEGRO

Plata fina, y joyas….

EL CABALLERO

iY tambien algun ahogado comido de los peces!

FUSO NEGRO

Hace anos salio el cuerpo de un rey con su corona de oro y pedreria… Traiala tan bien puesta, que no se le pudo arrancar y fue menester cortarle la cabeza….

EL CABALLERO

iCon cuantos naufragos no habra hecho lo mismo vuestra codicia!

FUSO NEGRO

Aquel era un rey de moreria. La sangre que le manaba del cuello era negra.

EL CABALLERO

Si yo hubiera naufragado aquella noche, vosotros tambien habriais segado mi cabeza, aun cuando no llevase una corona. Se la venderiais a mis hijos y os la pagarian bien.

LA MUJER DEL MORCEGO

iNo diga, tal senor!

FUSO NEGRO

Se la presentariamos en una fuente de plata cuando estuviesen sentados a la mesa.

EL CABALLERO

Y se la comerian como un rico manjar.

FUSO NEGRO

Don Pedrito diria: iYo quiero la lengua! Don Gonzalito diria: iYo quiero los ojos! iY como le habian de chascar bajo los dientes!

EL CABALLERO

iY se matarian disputandoselos!

FUSO NEGRO

Los huesos serian para los canes.

EL CABALLERO

Los canes no comen a los amos.

LA MUJER DEL MORCEGO

?Y pueden los hijos comer a los padres, mi senor?

EL CABALLERO

iA mi me comieron el corazon!

FUSO NEGRO

Aun cuando lo arrancaren del pecho con los dientes, vuelve otro a nacer. Retona como un verde laurel… iNo hay que tener miedo!

LA MUJER DEL MORCEGO

Solo lo come de raiz, el verme de la muerte. En tanto dure la vida, es como una fontela donde todos acuden a beber y nadie la seca.

EL MORCEGO

Una fontela tiene agua para todas las sedes.

EL CABALLERO

?Y no habeis visto fuentes secas?

EL MORCEGO

En tiempo de calores.

LA MUJER DEL MORCEGO

Mas aquellas habialas secado el sol, y no la boca de un sediento.

FUSO NEGRO

Los lobos que quieren beberse toda el agua de las fuentes, mueren como odres reventadas.

EL CABALLERO

?Por que habeis dicho que el corazon es como una fuente? En las fuentes se envenenan las aguas y mueren los que beben de ellas….

EL MORCEGO

iTambien el corazon tiene su ponzona!

EL CABALLERO

Pero no la vierte en las bocas que le muerden, sino que las recibe de ellas.

FUSO NEGRO

El corazon es como la nina del ojo. Adonde mira aquello tiene en el fondo. Unas veces fuente, y otras roquedo… Unas veces los dientes arreganados de un lobo, y otras un resplandor.

EL CABALLERO

?Por que diran que estas loco, Fuso Negro?

LA MUJER DEL MORCEGO

Dicelo el, por no trabajar.

FUSO NEGRO

Lo dicen los rapaces por poder tirarme piedras. En todas las villas tiene de haber un loco y un mayorazgo.

EL MORCEGO

Ya baja la marea. Hoy las ondas no quisieron hacer nuestra suerte.

LA MUJER DEL MORCEGO

iSi la hace con una limosna el senor mayorazgo!…

EL CABALLERO

He llegado a ser tan pobre como vosotros. Si no tuviese abierta la sepultura, tendria que ir en vuestra caravana por los caminos, mendigando el pan. La muerte ya marco mis horas, y para poder morir en paz, he abandonado a mis hijos todo cuanto tenia.

LA MUJER DEL MORCEGO

?Y adonde va en esta noche?

EL CABALLERO

Ya os dije que voy a morir.

LA MUJER DEL MORCEGO

La muerte viene sin que la llamen. iNo la busque que es muy grande pecado, senor!

EL CABALLERO

No la busco… iLa espero porque me fue anunciada!… Un gran cirio, todo de luz, se ha encendido dentro de mi y me guia y me alumbra. He visto en abismos donde solo se ve cuando se tiene cavada la fosa. He aprendido, al final de mis dias, que todos debemos traer por lecho de muerte un muladar, y voy a el. La tierra ha de darmelo, mucho antes que el mar, a vosotros, esos tesoros de naufragios que buscais….

El Caballero se aleja lentamente. Los tres mendigos le miran desvanecerse entre los roquedos de la playa. La Luna parece agigantar la figura del viejo hidalgo y poner un nimbo en su cabeza blanca y desnuda.

[Ilustracion]

JORNADA TERCERA

ESCENA CUARTA

Una costa brava ante un mar verdoso y temeroso. Lomas de arena, con pinares desmedrados en lo alto, y en la bajada un charcal salobre, donde blanquean los huesos de una vaca. Larga bandada de cuervos revolotea sobre aquella carrona, bajo un cielo gris de amanecer. En el fondo de una caverna socavada por el mar, el viejo linajudo espera la muerte como un viejo leon. Ante sus ojos nublados ve aparecer la sombra de Fuso Negro.

FUSO NEGRO

Tou! iTou! iTou!… Ya somos dos.

EL CABALLERO

iTampoco aqui podre estar solo para morir en paz!…

FUSO NEGRO

El senor mayorazgo tiene sus palacios y su cama con dosel… Aqui haransele llagas las costas….Para el cuerpo de los senores es muy duro el cocho de Fuso Negro.

EL CABALLERO

?Duermes en esta cueva?

FUSO NEGRO

Unas veces duermo y otras veces velo.

EL CABALLERO

iYo te pido que me dejes morir aqui!

FUSO NEGRO

?Quiere hacerse ermitano el senor mayorazgo? Irase el loco a reinar en sus palacios. Tendra su manto de una sabana blanca y su corona ribeteada de papel. Tendra su mesa con pan de trigo y cuatro odres haciendo una cruz. El uno de vino del Rivero, el otro de vino de la Ramallosa, el otro de vino blanco Alvarino y el otro del buen vino que beben los abades en la misa, y si parida, el ama en la cama. iIrase el loco a los palacios del senor mayorazgo!

EL CABALLERO

Ya no tengo palacios. Todo lo he repartido entre mis hijos para que no acabasen en la horca y fuesen deshonra de mi linaje. iTodo lo di!

FUSO NEGRO

iTou! iTou! iTou!… iYa somos hermanos!

EL CABALLERO

Un angel y un demonio me estan abriendo la sepultura, a la luz de un cirio. El angel cava, el demonio cava… Uno a la cabecera, otro a los pies… El demonio con una guadana, el angel con una concha de oro. ?No los ves, hermano Fuso Negro? El angel cava, el demonio cava….Uno a la cabecera, otro a los pies….

FUSO NEGRO

El angel cava, el demonio cava….iBien que los veo! El demonio agora enciende un cigarro con un tizon que saca del rabo.

EL CABALLERO

?Tu los ves, Fuso Negro?

FUSO NEGRO

iSi que los veo!

EL CABALLERO

?Estas seguro?

FUSO NEGRO

iSi que los veo!

EL CABALLERO

Yo dudaba que fuese delirio de mis sentidos…. Apenas distingo tu sombra en esta cueva. He venido aqui para morir….Fui toda mi vida un lobo rabioso, y como lobo rabioso quiero perecer de hambre en esta cueva….Hermano Fuso Negro, me cortaras la cabeza y se la llevaras a mis hijos. Veras como te visten de seda esos monstruos nacidos de mi sangre.

FUSO NEGRO

?Cuantos son?

EL CABALLERO

Cinco.

FUSO NEGRO

iCinco cirios, cinco rabos, cinco demonios coronados!

EL CABALLERO

iDemonios son!

FUSO NEGRO

Hijos del Demonio Mayor, que cinco veces estuvo en la cama con aquella que ya dejo el mundo.

EL CABALLERO

iNo la nombres, boca miserable! iBoca de escorpion! iBoca de serpiente!

FUSO NEGRO

?Ya no somos hermanos?….iY todo porque le cuento las burlerias del Demonio Mayor! Los cinco mancebos son hijos de su ciencia condenada. iArreniegola! iArreniegola!….De la su mano derecha a cada cual diole un dedo con su una, para que rabunasen en el corazon de mi hermano el senor mayorazgo. Hermano de este dia, por parte de los caminos, y de pedir por las puertas, y de la cueva para morir….Hermano de este dia….iTou! iTou!….Van por un camino toda la vida los hermanos y no se reconocen….Van por un camino. iTou! iTou! iTou!

EL CABALLERO

iHermanos todos, todos hijos de Satanas! iY no se reconocen!…

FUSO NEGRO

Tambien hay los hijos de Dios Nuestro Senor….

EL CABALLERO

Todos hermanos por parte de la tierra, que es nuestra madre. ?Tu dices que mis hijos tienen un dedo de Satanas? Todos los tenemos para robar, para matar, para hacer una higa….

FUSO NEGRO

Los cinco mancebos son hijos del Demonio Mayor. A cada uno le hizo un sabado, filo de media noche, que es cuando se calienta con las brujas, y todo rijoso, aullando como un can, va por los tejados quebrando las tejas, y metese por las chimeneas abajo para montar a las mujeres y emprenarlas con una trampa que sabe….Sin esa trampa, que el loco tambien sabe, no puede tener hijos….Y las mujeres conocen que tienen encima al enemigo, porque la flor de su sangre es fria. El Demonio Mayor anda por las ferias y las vendimias, y las procesiones, con la apariencia de una moza garrida, tentando a los hombres. Frailes y vinculeros son los mas tentados. iAy, hermano, cuantas veces habremos estado con una moza bajo las vinas sin cuidar que era el Demonio Mayor de los Infiernos! El gran ladron se hace moza para que le demos nuestra sangre encendida de lujuria, y luego, dejandonos dormidos, vuela por los aires….Con la misma apariencia del marido se presenta a la mujer y se acuesta con ella. iCata la trampa, porque entonces tiene la calor del hombre la flor de su sangre y puede emprenar! Al senor mayorazgo gustabanle las mozas, y por aquel gusto el Diablo haciale cabron y se acostaba con Dama Maria.

EL CABALLERO

Yo no soy cabron.

FUSO NEGRO

El Diablo pusole sus cuernos.

EL CABALLERO

Tendrian que ser cabrones todos los hombres para que lo fuese Don Juan
Manuel Montenegro.

FUSO NEGRO

iTodos lo son, y por eso esta lleno el mundo de hijos de Satanas!

Aqui Fuso Negro saca un mendrugo de entre la camisa y comienza a roerlo, con la mirada adusta y obstinada. El Caballero cierra los ojos y se recuesta sobre las algas que sirven al loco de camada. Se oye el bordon del viento y el tumbo de las olas en la playa. El Caballero suspira sin abrir los ojos.

EL CABALLERO

?Tienes hambre, hermano Fuso Negro?

FUSO NEGRO

Los vinculeros y los abades sientanse a una mesa con siete manteles, y llenan la andorga de pan trigo y chicharrones. Luego a dormir y que amanezca. iJureles asados!….iSartenes sin rabos!….iUna vieja con los ojos encarnados!… El loco tiene siempre hambre!….

EL CABALLERO

iLa furia de tus dientes me desvela!

FUSO NEGRO

iEs duro como un hueso este rebojo!

EL CABALLERO

iYo hace dos dias que no como, y toda el hambre dormida se despierta oyendote roer!….

FUSO NEGRO

iParezco un can!

EL CABALLERO

?Es el mar o son tus dientes en el mendrugo?

FUSO NEGRO

iComo broa el mar!

EL CABALLERO

iNo se si el mar, si tus dientes, hacen ese gran ruido que no me deja descansar y se agranda dentro de mi!

FUSO NEGRO

iEs la voz de la cueva!

El Caballero se tiende sobre las algas que sirven de camada a Fuso Negro. En la concavidad del escabon parece aletear un gran pajaro invisible que acordase su vuelo con la voz del viento y el tumbo de las olas. La cortina cenicienta de la lluvia ondula en el claro de luz que recorta la boca de la cueva. Algunas sombras llegan a cobijarse y se agrupan en el umbral, alentando afanosas de la carrera. Aquellas figuras que huyen del nublado se destacan por oscuro sobre el fondo del mar tendido de espuma. Son cuatro ninos descalzos, con los pelos crespos y una mujer de luto.

LA MUJER

iTiempo de aguas!….iTiempo de tormentas!…. iTiempo maldito!….iMiseria para los pobres!….iLutos y hambres!….iCubrese el sol!….iSentarvos en la tierra a descansar, mis hijos!…iAun hemos de ir mucho por este arenal!…iVos doleran los pies si no descansais!… iRepartirvos ese pan!….iTiempo de tormentas!….iTiempo de dolor!…

FUSO NEGRO

Si tuviesemos un amparo de lena encenderiamos una hoguera.

LA MUJER

No se distingue en esta oscuridad … ?Eres tu, Fuso Negro? Si bajaste por este arenal de lobos, acaso sabras en que playa echaron las olas el cuerpo de un ahogado. A la media noche llegaron a decirmelo. Batieron en la ventana. No conoci quien era.

FUSO NEGRO

?Inda la mar no quiso darte el cuerpo de Venturoso?

LA MUJER

Dijo la voz que en la playa de Campelos….Alla voy por ver si le reconozco. Las cuatro criaturas despertaronse llorando al oir petar en la ventana…. iCreian que era el anima de su padre! Esta manana, rayando el dia, fui a la casa grande por tener un socorro para este camino tan largo. iEcharonme los canes!….iMalditos sean todos los ricos!

FUSO NEGRO

Largo camino haces para las criaturas. Si les atares una cuerda, podias descansadamente llevarlas por la mar y tu ir por la tierra.

LA MUJER

…iY tenian dicho que darian socorro a las viudas y a los huerfanos! iEl mayorazgo huyose para no cumplirnos la manda! iCinco lobos dejo alrededor de su silla vacia! iAy, Montenegro, negro de corazon! iPor tu imperio se hicieron aquellos pobres a la mar, en una noche tan fiera! iCuando seais mozos, reclamarle cuentas, mis hijos, que el os dejo sin padre! iMal can le arranque el corazon y lo lleve por este arenal! iMal cuervo le coma los ojos! iMalas ortigas le broten en el pecho! iMal avispero le nazca en la lengua!

EL CABALLERO

iCalla, mujer, que tus maldiciones ya se cumplen!

El Caballero se incorpora en el lecho de algas, y la viuda y los cuatro ninos tiemblan al reconocerle. En la oscuridad de la cueva apenas se distingue la sombra del viejo linajudo, y su voz tiene una resonancia oscura de caos y tinieblas como si saliese de la oquedad del roquedo.

LA MUJER

iTanta es la dolor de mi alma, que hablo sin sentido!… iPor estas cuatro criaturas, no me haga mal, senor Vinculero!

EL CABALLERO

iFuiste a mi casa y encontraste cerrada la puerta!

LA MUJER

iMe echaron los canes!….iPedia un bien de caridad para abrir una cueva!….

FUSO NEGRO

iCinco cirios, cinco rabos, cinco demonios coronados!

EL CABALLERO

iYo cavare la cueva para tu marido! Si faltase azada, la cavare con mis manos….Para la mortaja ire a pedir una limosna en la casa que fue mia, y si hallo la puerta cerrada la derribare para que entres tu con tus hijos….

FUSO NEGRO

iY el loco tambien!

EL CABALLERO

iHare respetar mi voluntad! Los muertos seran sepultos y amparados los vivos. Se cumpliran todas las mandas que ordene. Venid conmigo, y en el umbral de mi Casa me vereis pedir una limosna para vosotros. Despues, cumplanse tus maldiciones, y lleven los perros por este arenal mi corazon desesperado.

El Caballero sale de la cueva. La lluvia moja su cabeza blanca y su barba patriarcal que aborrasca el viento, llevandola de uno al otro hombro. La viuda, el loco y los ninos le siguen como sombras de su delirio. Van los ninos atenazados a la falda de la madre, y llorando de miedo. Todos parecen perdidos en la vastedad del paramo.

EL CABALLERO

iDesfallezco de hambre!….iNo veo!…iApenas puedo andar!… Esos ninos que me den un poco de su pan.

LA MUJER

iYa nada les queda, senor!

EL CABALLERO

iDios haga que no caiga muerto en medio del camino! iVamos!

[Ilustracion]

JORNADA TERCERA

ESCENA QUINTA

La hueste de mendigos descansa al sol ante el portal de la casona y se tiende por la orilla del camino aldeano. Sobre la veleta del horreo, el gallo clarinea, en el sol, dorado y soberbio.

DOMINGA DE GOMEZ

iDe toda la vida lo recuerdo! Al son de las doce repartiase el pan y las berzas a los pobres que acudiamos a este portal. Era una caridad de fundacion. Venia desde los difuntos senores que levantaron la casona.

EL MANCO DE GONDAR

iY esta puerta, que siempre estuvo franca para los desvalidos, cierrase agora!

EL MANCO LEONES

iNo heredaron los hijos la honrada ley de los padres!

LA MUJER DEL MORCEGO

Catailos los amos. Murio la madre, y el padre fuese por el mundo, dejandolo todo. En la ribera del mar lo topamos que iba con la cabeza descubierta a la lluvia.

EL MORCEGO

iClamaba por la muerte!

EL POBRE DE SAN LAZARO

Todo lo dejo para ser pobre como nosotros y tener su silla de oro en el
Cielo.

EL MANCO LEONES

Los herederos la tendran de espinas en el Infierno.

DOMINGA DE GOMEZ

Cierran su puerta a los pobres, que son hijos de Dios Nuestro Senor.

ADEGA LA INOCENTE

El Divino Jesus tambien anduvo pidiendo por los caminos del mundo con unas alforjinas a cuestas que le bordara la Virgen Madre.

EL MANCO LEONES

?Y adonde se habra retirado el noble Caballero?

LA MUJER DEL MORCEGO

iY quien lo sabe!

DOMINGA DE GOMEZ

Para hacer penitencia iriase al monte, donde tiene un gran pazo.

EL POBRE DE SAN LAZARO

Alli guarda cinco mozas, y no iria si esta talmente arrepentido.

LA MUJER DEL MORCEGO

iEscuchad la voz de los hijos en la casona!

DOMINGA DE GOMEZ

iVanse a matar!

EL MORCEGO

iPelean haciendo las participaciones!

EL POBRE DE SAN LAZARO

iEn la gran Jerusalen, hace cientos de anos, oyeronse estas mismas voces, que las daban los judios, repartiendose la tunica de Nuestro Senor Jesucristo!

DOMINGA DE GOMEZ

iTalmente son judios!

EL POBRE DE SAN LAZARO

iComo tales judios obran, cerrando su puerta a los pobres y echandolos al camino! iLas migajas de su mesa se las dan a los canes!

DOMINGA DE GOMEZ

iLa suerte de un pobre es mas triste que la de un can!

EL POBRE DE SAN LAZARO

iPorque un pobre sabe resignarse, y un can rabia!

Se abre un postigo en el gran porton de la casona, y uno a uno van saliendo los criados:—La Roja, Don Galan, La Recogida.—Tras ellos, el postigo vuelve a cerrarse.

LA ROJA

iBien mala cosa es la vejez!

DON GALAN

iUn hueso que nadie lo quiere roer, si no es la muerte!

LA RECOGIDA

?Adonde iremos, senora Micaela?

LA ROJA

Tu eres moza, y en cualquier banda hallaras acomodo…. iPero yo, triste de mi, con tantos anos a cuestas, que voy a cumplir el ciento!… ?Adonde ire, despedida de esta casa, donde gane el pan toda mi vida?… iBien se me alcanza que no podia ya ganarlo!… iY una boca, aun cuando no tenga dientes, es una carga muy grande!… iY lo mucho es poco, cuando se reparte! iY si los reinos se deshacen, que no sera las casas!… iEsta casa fue muy grande, mas agora repartida no sera nada!… iPor eso, si culpo, es a la muerte que tanto me tarda!

LA RECOGIDA

Solamente tuvo suerte la senora Andreina.

DON GALAN

Porque tiene tres cabras que se acochan con los lobos.

LA ROJA

Morire en un camino, al pie de un bardal.

LA RECOGIDA

iJuntas nos atrapo la tormenta, senora Micaela!

DON GALAN

Iremonos los tres por luengas tierras pidiendo una limosna. A mi llevareisme en un carreton.

LA ROJA

iPudiera yo como tu trabajar!

DON GALAN

Pero no tengo voluntad.

LA ROJA

iSe me parte el corazon al separarme de estas piedras!… iPierdo a mis amos, pierdolos para siempre, yo que los vi nacer!….

DON GALAN

iNosotros somos ovejas y ellos son lobos que nos ensenan los dientes!

LA ROJA

iSon leones y de mucha nobleza!

Don Juan Manuel llega por aquel camino aldeano, de verdes orillas. El loco, la viuda y los huerfanos le acompanan. El Caballero camina entre ellos como un viejo patriarca entre su prole: Dolor, Miseria y Locura.

DON GALAN

iCatay, el amo que torna!

DOMINGA DE GOMEZ

iVuelve a su silla el rey de Castilla!

EL MANCO LEONES

iVuelven los desvalidos a tener padre!

LA ROJA

iCon cuanta dolor camina!

LA RECOGIDA

iNos topabamos como ovejas sin pastor, y cuidad que llega!

DON GALAN

iNo es el pastor, sino el mastin! iVeredes que dientes le muestra a los lobos!

El Caballero, con el andar desfallecido, llega a la puerta y pulsa. Apoyado en la jamba, espera. Los mendigos y los criados se agrupan detras, todos en un gran silencio. El Caballero vuelve a pulsar en la puerta, y acompana con grandes voces los golpes de su puno cerrado.

EL CABALLERO

iAbrid, hijos de Satanas! iAbrid estas puertas que cierra vuestra codicia! iAbridlas de par en par, como teneis abiertas las del Infierno! iAbridlas para que entren los que nunca tuvieron casa! iSoy yo quien despues de haberoslo dado todo, llego a pediros una limosna para ellos! iSoy yo, quien pobre y miserable, golpea esta puerta cerrada! iHijos de Satanas, no hagais que mi colera la derribe y entre por ella, como quien es, Don Juan Manuel Montenegro! iAbrid, hijos de Satanas!

Resuenan en el ancho zaguan los golpes del Caballero. Ante la puerta hostil y cerrada se levanta, como un oleaje, el vocerio de la hueste mendicante y los viejos criados despedidos de la casona.

LA VOZ DE TODOS

iAbran a su padre! iAbran a su padre!

EL CABALLERO

iDerribad la puerta! iMis verdaderos hijos sois vosotros!

LA VOZ DE TODOS

iTengan caridad para su padre! iCaridad y respeto! iCaridad y respeto!

EL CABALLERO

iEso lo da solo el amor!

Por las mejillas del viejo linajudo ruedan dos lagrimas que se pierden en la nieve de su barba. Los mendigos y los criados se arrojan sobre la puerta.

LA VOZ DE TODOS

iTengan ley de Dios!

EL CABALLERO

iDadme un hacha!

LA VOZ DE TODOS

iTengan ley de Dios!

EL CABALLERO

iPoned fuego a la casa por sus cuatro esquinas! iPerezcan entre llamas los hijos del Infierno!

LA VOZ DE TODOS

iNo hay ley de Dios! iNo hay ley de Dios!

De pronto cesa el clamor. Espantados de sus voces, mendigos y criados oyen en un gran silencio descorrer los cerrojos de la puerta: Se abre rechinando, y sobre el umbral, como una sombra de malas artes, aparece Andreina. Al mismo tiempo, asoman con barbara violencia los cuatro segundones en aquel balcon de piedra que remata con el escudo de armas: iAguilas y Lobos! Todos hablan en un son.

DON MAURO

iYa teneis franca la puerta!

DON ROSENDO

iEntrad, si os atreveis!

DON MAURO

iEl que cruce esos umbrales no vuelve a salir!

DON GONZALITO

iAtreveos, miserables!

DON FARRUQUINO

iYa no gritais, mal nacidos!

EL CABALLERO

iEntrad conmigo todos! iMis verdaderos hijos sois vosotros! iAyudadme para que pueda saciar vuestra hambre de pan y vuestra sed de justicia! iAyudadme como hijos! iAyudadme como animales hambrientos, como arcangeles o como demonios! iRabiad, ovejas!

Todos permanecen ante la puerta cobardes, mudos y quietos. El Caballero entra solo, y sus voces bajo la boveda del zaguan, se alejan y se pierden. Los cuatro mancebos se retiran del balcon, unanimes en el impulso violento y fiero. Andreina empuja la puerta para cerrarla, y en aquel momento adelantase la Figura gigante del pobre lazarado, derriba por tierra a la bruja y penetra en el zaguan clamando, y todos le siguen repitiendo sus voces.

EL POBRE DE SAN LAZARO

iEs nuestro padre! iEs nuestro padre!

LA VOZ DE TODOS

iEs nuestro padre!

[Ilustracion]

JORNADA TERCERA

ESCENA FINAL

La cocina de la casona. En el hogar arde una gran fogata y las lenguas de la llama ponen reflejos de sangre en los rostros. Los cuatro segundones aparecen sobre el fondo oscuro de una puerta, cuando la cocina es invadida por la hueste clamorosa que sigue al Caballero.

EL CABALLERO

iSoy un muerto que deja la sepultura para maldeciros!

DON FARRUQUINO

iPadre, tengamos paz!

DON ROSENDO

iFuera de aqui toda esa gente!

EL CABALLERO

iSon mis verdaderos hijos! iPara ellos os pedi una limosna y halle cerrada la puerta!

DON MAURO

iYa la tiene franca!

EL CABALLERO

iLlego para hacer una gran justicia, porque vosotros no sois mis hijos!… iSois hijos de Satanas!

DON FARRUQUINO

Entonces somos bien hijos de Don Juan Manuel Montenegro.

EL CABALLERO

iAy, yo he sido un gran pecador, y mi vida una noche negra de rayos y de truenos!… iPor eso a mi vejez me veo tan castigado!… iDios, para humillar mi soberbia, quiso que en aquel vientre de mujer santa engendrase monstruos Satanas!… iSiento que mis horas estan contadas; pero aun tendre tiempo para hacer una gran justicia. Vuelvo aqui para despojaros, como a ladrones, de los bienes que disfrutais por mi! iDios me alarga la vida para que pueda arrancarlos de vuestras manos infames y repartirlos entre mis verdaderos hijos! iSalid de esta casa, hijos de Satanas!

A las palabras del viejo linajudo, los cuatro segundones responden con una carcajada, y la hueste que le sigue calla suspensa y religiosa. El Caballero adelanta algunos pasos, y los cuatro mancebos le rodean con barbaro y cruel vocerio, y le cubren de lodo con sus mofas.

DON MAURO

iHay que dormirla, Senor Don Juan Manuel!

DON ROSENDO

?Donde la hemos cogido, padre?

DON GONZALITO

iBuen sermon para Cuaresma!

DON FARRUQUINO

iNo mezclemos en estas burlas las cosas sagradas!

DON ROSENDO

?Donde hay una cama?

DON MAURO

Vosotros, los verdaderos hijos, salid, si no quereis que os eche los perros. iPronto! iFuera de aqui! iA pedir por los caminos! iA robar en las cercas! iA espiojarse al sol!

El segundon atropella por los mendigos y los estruja contra la puerta con un impulso violento y fiero, que acompanan voces de gigante. La hueste se arrecauda con una queja humilde: Pegada a los quicios inicia la retirada, se dispersa con un murmullo de cobardes oraciones. El Caballero interpone su figura resplandeciente de nobleza: Los ojos llenos de furias y demencias, y en el rostro la altivez de un rey y la palidez de un Cristo. Su mano abofetea la faz del segundon. Las llamas del hogar ponen su reflejo sangriento, y el segundon, con un aullido, hunde la maza de su puno sobre la frente del viejo vinculero, que cae con el rostro contra la tierra. La hueste de siervos se yergue con un gemido y con el se abate, mientras los ojos se hacen mas sombrios en el grupo palido de los mancebos. Y de pronto se ve crecer la sombra del leproso, poner sus manos sobre la garganta del segundon, luchar abrazados, y los albos dientes de lobo y la boca llagada, morderse, y escupirse. Abrazados caen entre las llamas del hogar. Transfigurado, envuelto en ellas, hermoso como un haz de fuego, se levanta el Pobre de San Lazaro.

EL POBRE DE SAN LAZARO

iEra nuestro padre!

LA VOZ DE TODOS

iEra nuestro padre! iEra nuestro padre!….

LA VOZ DE LOS HIJOS

iMalditos estamos! iY metidos en un pleito para veinte anos!

[Ilustracion]

AGELUS VIBANCO

ORNAVIT

ACABOSE DE IMPRIMIR ESTE LIBRO

EN LA IMPRENTA DE SAEZ HERMANOS
EN MADRID A XII DIAS
DEL MES DE ABRIL
DE MCMXXII
ANOS